Figura excelsa de las letras hispanas del siglo IXX, fue también la cabeza política más universal de su tiempo, el revolucionario más radical y el combatiente más incansable.
José Martí, brillante periodista, ensayista de primera línea, poeta ilustre, diplomático al servicio de varios países, catedrático de lengua Inglesa, literatura francesa, italiana y alemana y de Historia de la Filosofía, políglota, crítico de arte y literatura, traductor y renovador de la lengua.
Martí fue el intelectual que en un siglo dominado por lo europeo, confirió universalidad a las letras hispanoamericanas. Escribió para los niños y organizó un partido, un ejército y una guerra. Fue un jefe excepcional que puso bajo su mando a una pléyade de curtidos generales.
El más precoz de todos los líderes cubanos, nació el 28 de enero de 1853, en La Habana. A los diez años escribía correctamente y a los trece ingresó en la segunda enseñanza. Adolescente dirigía publicaciones estudiantiles.
Con apenas 16 años se le condenó a seis de cárcel. Deportado a España, antes de cumplir 20 años, escribió dos extraordinarios ensayos: “El Presidio Político en Cuba” y “La República Española ante la Revolución Cubana”.
Como uno de los periodistas más prestigioso de su tiempo, trabajó durante largas temporadas para varios periódicos de Latinoamérica y los Estados Unidos. Con finísima sensibilidad, y envidiable dominio de la lengua, elaboraba los más románticos y atrevidos giros y lanzaba al viento las más encendidas arengas.
Humanista de infinito amor por la vida y sus cosas bellas, no vaciló en predicar una guerra que concibió como necesaria, generosa y breve. Expresó en versos su apuesta por los pobres. Gabriela Mistral lo calificó como “el hombre más puro de la raza” y Rubén Darío lo llamo “maestro”…