El 10 de octubre de 1868, el abogado Carlos Manuel de Céspedes liberó a sus esclavos y levantó en armas a los cubanos, primer hecho fundacional de las Revoluciones de Liberación Nacional de Cuba.
Céspedes conservaba suficientes motivos para acelerar el levantamiento ese sábado de octubre, al liberar a sus esclavos, al tener como premisa la igualdad entre todos los hombres y el convencimiento de que la lucha armada era el único camino para alcanzar la libertad.
El levantamiento armado del 10 de octubre de 1868 en Cuba, no fue un hecho casual, pues disímiles factores influyeron en la decisión de nuestros patriotas de empuñar las armas contra el gobierno español.
Rememorar el inicio de las luchas independentistas de Cuba sin hablar de Carlos Manuel de Céspedes no es posible. Cada cubano, desde que comienza a conocer la historia de la mayor de las Antillas, sabe que Céspedes dio la libertad a sus esclavos en su ingenio La Demajagua, que los invitó a la lucha y que es reconocido como el Padre de la Patria.
Han transcurrido 152 años. Lo que parecía una jornada cualquiera, terminó por ser el día en que Cuba clamó por su independencia definitiva. Ahí comenzó el largo camino a recorrer por los cubanos hasta lograr la independencia, casi un siglo después.