Tiempos difíciles vive la humanidad, la enfermedad reconocida como el nuevo coronavirus desvela a multitudes, contagia a miles y trae consigo un clima de tristeza y fallecimientos.
La COVID-19 destroza los vaticinios, irrumpe en los hogares, detiene servicios primordiales como la educación y amenaza enérgicamente con la economía del mundo.
Pero la humanidad aún no concibe el reclamo de la actual coyuntura epidemiológica; algo que se traduce en una sola palabra: solidaridad.
El mundo solicita a gritos el auxilio de todos para el enfrentamiento a la pandemia, sin embargo, la ingratitud de muchos nutre su desarrollo inminente y catastrófico.
Existen gobiernos como el de los Estados Unidos que se atreve a juzgar a Cuba y a tratar de impedir que llegue a ayuda humanitaria para combatir el virus.
Una isla ejemplo de cooperación hacia tierras hermanas para reforzar la atención médica. La humanidad precisa quitarse con urgencia cada pedacito de odio y ambición. Son tiempos donde se necesita la unión, responsabilidad y el amor de todos. Solo así podremos ganarle la batalla a la COVID-19.