En el pecho le llevaba la poesía , brotándole con lìricas imágenes a través de sus pupilas, el dolor del pueblo sometido a la ignominia de una república mediatizada, su espíritu indomable, rebelde,permeado por el afán guerrero de gloriosas cubanas que le antecedieron en la lucha insurreccionar , le reclamaban la necesidad de poner en práctica un nuevo programa estratégico , renovado , que nos llevara a la victoria .
Irrumpió en ella la zozobra la angustia de aquellos días , incentivando su talento patriótico y leal de guerrillera política …. es así que Haydée Santamaría o como muchos le llamaron “Yeyé”, junto a Fidel Castro y un grupo numeroso de combatientes el 26 de julio de 1953, participó en el asalto al Cuartel Moncada, acción por la cual fue encarcelada junto a Melba Hernández. Tras su liberación, fundó el Movimiento 26 de Julio, del que integró su dirección nacional.
Entre aquellos jóvenes que notificaran su impronta en la gesta memorable , sin conocer si serían héroes o mártires, reconocidos posteriormente por la historia como la gloriosa generación de centenario , se hallaban su novio Boris Luis Santa Coloma y su hermano Abel , quienes fueran apresados mientras intentaran tomar por asalto el hospital Saturnino Lora, muy cercano a la institución militar en manos de la dictadura de Fulgencio Batista, torturados cruelmente y asesinados después.
Al referirse a la respuesta de Haydée, en su alegato de autodefensa, Fidel Castro expresaría: “Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana”.
Ella se sobrepuso al dolor.Los esbirros de la tiranía le enseñaron los ojos de su hermano y los genitales de su novio. Y Haydée nunca habló. La vida se le hacía pedazos, pero la causa revolucionaria le daba luz.
Protagonista de la Revolución cubana Haydée Santamaría, tras el triunfo de 1959 fundó Casa de las Américas, y se convirtió en una de las más importantes promotoras de la cultura en Latinoamérica.
Santiago de Cuba vivió para siempre en su memoria, jornadas inolvidables vestidas de verde olivo , de revuelo juvenil, de olor a pólvora y sangre..acompañadas de la dolencia y la añoranza incurable de los que partieron
A pesar de que el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes no resultó ser un triunfo desde el punto de vista táctico militar, sirvió para mostrar al mundo la antesala de la libertad definitiva, el coraje nuestro pueblo, la decisión irrevocable por la libertad absoluta.
No se podría referir la historia de este país sin evocar a Haydée , nacida en el municipio de Encrucijada, en la provincia de Villa Clara, en 1922, tal parece que la vida la plantara en esta fecha para darle tiempo a germinar como semilla viva, en el momento exacto en que su presencia se hiciera indispensable para alcanzar la libertad absoluta, para aliviar el quejido de los que sufrían y la agonía de una nación que víctima del tirano sufría el desafuero .
Una de las anécdotas que con mayor frecuencia y orgullo contaba la heroína del Moncada, era aquella en la que refería que junto a las revolucionarias Lidia Castro y Melba Hernández recopiló y transcribió las notas escritas con zumo de limón que Fidel, desde la prisión, lograba sacar para ser divulgadas . Se trataba de su alegato de autodefensa, posteriormente conocido como “La historia me absolverá”.
De Haydée o Yeyé como prefieran llamarle nos queda su alegato, su presencia imperecedera su sublime entrega, su amor infinito, su capacidad para ver la luz. Moncada y Casa de las Américas atesoran el eco de una voz inclaudicable convertida en pedestal de lucha y sabiduría, de una cubana que se entreteje eternamente en los hilos de la historia.