La experiencia del Pabellón Cuba durante el verano de 1987 demostró la necesidad de extender a cada rincón de la isla el conocimiento de las nuevas técnicas y tecnologías, imprescindibles en todas las esferas de la vida del hombre moderno.
Por primera vez miles de niños se enfrentaron a una computadora y cada día eran más los interesados de todas las edades que acudían a tocar con sus propias manos un teclado inteligente.La visita de más de 35 000 personas en apenas dos meses, evidenció su amplia acogida.
Por iniciativa de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, desde septiembre de ese año, la Unión de Jóvenes Comunistas lleva adelante un proyecto de elevación de la cultura informática a lo largo del país, con prioridad para niños y jóvenes, desempeñando un papel activo, creativo y de formación de valores en el proceso de informatización de la sociedad.
La efeméride se celebra en todo el territorio nacional en vísperas del 8 de septiembre, fecha en que se agasaja a quienes han desempeñado esta noble acción, así como a aquellos que hoy transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones en el campo de la informática.
A partir de entonces se fueron creando los Joven Club de Computación y Electrónica por toda la provincia y el país; el primero de ellos en San José de las Lajas, el primero de abril de 1988, en homenaje a los Aniversario 26 y 27 de la Unión de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí. Daba inicio así, una etapa significativa en el desarrollo cultural cubano.
Con el transcurso de los años han mejorado notablemente las condiciones y echó a andar el motor de la curiosidad y las ansias de conocimiento en todos los sectores de la sociedad en materia de computación.
Encomiable ha sido la labor desplegada por los instructores que durante 31 años, han transmitido sus conocimientos en materia de informática. Sin ellos la brillante iniciativa de nuestro Comandante en Jefe no hubiese sido posible.
La genial idea de utilizar la computación como una alternativa de recreación y estudio, dirigida fundamentalmente a niños y jóvenes, pero con amplia cobertura para todo el pueblo, es hoy un hecho. No solo ha valido para elevar los conocimientos informáticos en el país, también ha desempeñado un rol estimulante en la vida social, cultural y espiritual del cubano.