En nuestra conversación resaltaba su humildad. También resaltaba la pericia de la costura al explicarme el procedimiento para confeccionar estos artículos, indispensables en los tiempos que hoy vive la humanidad; los diversos modelos que existen y cuáles eran, desde su percepción, los más cómodos y efectivos.
Quienes la conocen saben de su buen corazón y energía incansable. En tiempos normales se le ve caminando por el barrio, visitando a los vecinos, conversando o preocupándose por ellos y sobre todo, buscando qué hacer para sentirse útil.
Por su edad mantenerse en casa es una prioridad y según ella, qué mejor que ocupar su tiempo libre en la elaboración de nasobucos. Esa mujer valerosa y tenaz asegura que de esa forma se mantiene activa pero lo más importante, contribuye a proteger la vida de los demás y la suya propia.