Comenzó el curso escolar a la altura del ante penúltimo día de noviembre. En San José de las Lajas las calles retomaron esa divina rutina en que la mañana es sorprendida por niños, adolescentes y jóvenes, en ese camino que les asegura futuro desde el saber.
Un curso atípico por su fecha de inicio pero, cargado de retos para alumnos, profesores y la familia, todos comprometidos en que sea óptimo, por tanto, conscientes del esfuerzo y la perseverancia requerida para alcanzar esa meta.
El reencuentro, aunque solo disten unos días del pasado período lectivo resultó grato; habita en todos la alegría, esa peculiaridad que distingue a quienes a pesar de obstáculos, carencias y cuanto nos golpea debido a la crisis que atraviesa el país, viven en paz, con derechos y garantías.
Este curso escolar, implica retomar la disciplina, la educación formal, el estudio diario y la responsabilidad, imprescindibles para el mejor aprovechamiento de las clases.
Para los educadores constituye un desafío para llevar a las aulas el conocimiento de la manera más amena e instructiva, que propicie el aprendizaje e incentive la investigación en los educandos.
Comienza una nueva etapa a punto de finalizar un año que nos ha obligado a trazar estrategias para enfrentar lo adverso, fortaleza inscrita en los que no se detienen por alcanzar sus sueños; por supuesto, un nuevo curso y con él, nuevos retos.