El Sistema Empresarial Cubano, a lo largo de estos años ha transitado por diferentes estructuras organizativas, desde la creación de las empresas consolidadas, las uniones de empresas, las OSDE, etc y en mayor o menor medida ha contado con una legislación que regule su actuar, en época más reciente: La Constitución de la República, La Conceptualización del Modelo Económico, el Plan de desarrollo Económico y Social hasta el 2030, el Dec. Ley 252/2007 y el Dec.81/2007 sobre la continuidad y el fortalecimiento del Sistema de Dirección y Gestión Empresarial Cubano y su Reglamento, que posteriormente han sido modificados por el Dec. Ley 334/2017, los Dec. 335 y 336 y en el 2021 los Dec. Ley 34, 36 y 39, entre otros, además de las 15 medidas normadas en la Gaceta Oficial no.51 que de manera general flexibilizan la estructura y el funcionamiento del sistema empresarial y transforman sus relaciones financieras con el Presupuesto Estatal, es decir, aunque dispersa y con algunos vacíos, existe una legislación para el sistema empresarial cubano y con mayor o menor eficacia también existe una estructura aprobada.
A pesar de lo anterior no se desatan las fuerzas productivas, en su mayoría la Empresa Estatal es ineficiente, continúan la entidades irrentables, las cadenas de impagos las utilidades excesivas generadas a costa de los precios y no de más producción, los problemas de contratación, los pagos sin respaldo productivo, los precios excesivos, la ausencia de sistemas de costo, atrasos en la contabilidad, descontrol de los recursos, baja calidad de la producción de bienes y servicios y un largo etcétera que no debía existir ni con la legislación y estructura anterior, ni con la actual ni con la que pueda venir, más allá del bloqueo, de la falta de recursos y demás trabas objetivas que puedan existir.
Sin embargo, existen empresas que con las mismas limitaciones tienen buenos resultados de manera sostenida, por lo que las trabas en una buena medida son justificaciones para amparar incumplimientos e ineficiencias. Los cambios en las estructuras y en las normas no van a ser la varita mágica que nos conducirá a que la Empresa Estatal Socialista se vuelva robusta y eficaz, con niveles de productividad adecuados y para que ocupe el lugar que le corresponde como eslabón básico de la economía con un crecimiento económico sostenible que contribuya al desarrollo del país.
Ante estas realidades parecen incuestionables los siguientes aspectos claves que están presentes en gran medida en las empresas con resultados:
•Dirección y Gestión eficaz (incluye: exigencia, ejemplaridad, proactividad, innovación, competitividad, calidad enre otros).
•Sentido de pertenencia (lograr acercar cada vez más “lo mío” a “lo nuestro”, sembrando conciencia y valores).
•Participación activa de los trabajadores en la dirección de las entidades a las cuales pertenecen.
•Motivación.
•Remuneración y sistemas compensatorios por los resultados alcanzados.
•Superación de todo el personal.
Cuando existe una dirección eficaz y los trabajadores están bien preparados, conscientes e informados y tienen definidas sus metas y objetivos, la mayoría de las trabas desaparecen y no hay lugar para usar los obstáculos objetivos que pueden ser salvados con voluntad y creatividad para hacer crecer nuevas trabas.
Lo expresado en los párrafos precedentes no contradice que si la estructura debe ser cambiada para acercarla más a la gestión territorial, se cambie, ni que se emita una ley de Empresa que resuelva la dispersión y los vacíos legislativos, atemperada al nuevo tejido empresarial cubano, ni que se cambie todo lo que deba ser cambiado en aras de fortalecer el sistema de Dirección y Gestión Empresarial Cubano