Te quiero Cuba. Una frase. 12 letras. Gratitud de quienes perciben el gesto solidario de la isla bloqueada. Distancia que separa y une. Pandemia, enemiga invisible, silenciosa y letal, que asusta al miedo.
Los días corren y las noticias vuelan. Covid-19 se apropia de titulares. La muerte asecha, Prevenir se tornó orden, aislarse resulta imperioso, cumplir medidas higiénicas es obligación y esperanza.
Los días corren, no hay tregua. Científicos insisten en concebir el freno a un virus que se expande y arrebata la vida.
Te quiero Cuba. Una frase. Gratitud de aquellos que desde el crucero MS Braemar encontraron alivio y la luz que ya empezaba a desparecer. Cuba, la isla bloqueada, marcada por el odio de los que insisten en desacreditar su historia, abrió las puertas, que otros decidieron mantener cerradas.
Por acá por la mayor de las Antillas la vida continúa. Los días corren y las noticias vuelan. El personal de la salud anuda acciones para fortificar la salud, para proteger la vida. Cada quien se informa, comenta, el susto de vez en vez aparece.
El mundo ante el mayor desafío del siglo. La ciencia ante el reto supremo de encontrar solución. Creyentes y ateos aferrados a la esperanza. Cuba, una vez más noticia por su humanismo, por la solidaridad que la distingue, por la buena voluntad que no acorrala bloqueo alguno. Es inevitable que otros lo digan, pero para mí y millones es natural y obvio decir: ¡Cuba Te quiero!
