Ser útiles y hacer por los demás: la mayor virtud. Sobre ello habló el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en la clausura del Segundo Pleno del Comité Central del Partido que tras dos días de sesiones culminó este domingo en el Palacio de Convenciones de La Habana.
La frase tiene gran significado e insta a esa mirada hacia nosotros mismos, a esa realidad que clama por esfuerzos, conciencia y decoro. Ser útil es ser eficiente, óptimo. Hacer por los demás sienta bases de respeto al semejante, consideración y voluntad de poner a merced de los otros conocimientos y destrezas.
Este tiempo que vivimos, marcado por la nefasta huella de la Covid-19, del recrudecimiento del bloqueo, también tiene la rasgadura de hechos que abruman como la desorbitante alza de precios, que constituyen una burla a todos los que en mayor y menor medida tienen que terminar comprando lo que resulta una bofetada al rostro y al bolsillo.
Nuestro país, ese que añoramos mejore, precisa dejar atrás las fórmulas que no han marcado avance y poner desde el hacer de todos, la eficiencia pero, dejando sin respiro a las justificaciones que tanto entorpecen todos los órdenes de la sociedad.
Unir y vencer es la combinación perfecta. Corresponde a toda Cuba trabajar unida por el progreso que nos merecemos. Es menester evaluar las contradicciones y llegar a la raíz, corresponde a las autoridades trabajar de manera especial con la población y particularmente con la juventud.
Se precisa conversar, discutir el tema que merezca ser analizado, es muy importante escuchar, intercambiar y responder con claridad; es la manera de evitar nudos en la comunicación, insatisfacciones y también una forma de ganar respeto
El presidente cubano destacó la dignidad y resistencia del pueblo, precisó la importancia de mantener los encuentros con distintos sectores de la sociedad, significó cuán importante es el vínculo con el pueblo y potenciar el rol de los
Luchar con creatividad, inteligencia y respeto es elemental. El país que queremos necesita nuestro concurso, y desde la base la idoneidad de dirigidos y dirigentes, se requiere de sentido de pertenencia, y de mucha objetividad, esa que destierre el burocratismo e ideas turbias que no aportan y solo frenan.
Las conquistas de Cuba no pueden tener retroceso pero para ello ha de fortalecerse la conciencia, la disciplina y la responsabilidad individual y colectiva. Cultivar la virtud es la mejor manera de mejorarnos, amar lo que hacemos la decisión más consecuente con este tiempo adverso que ha de inscribir en mayúscula que pudimos salvar la historia y salvarnos a nosotros mismos.