Roly: un productor que ama la agricultura

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Rolando Muñoz Castro, Roly, como le dicen todos, es un productor de la Cooperativa de Créditos y Servicios Nelson Fernández en San José de las Lajas. La Finca La Asunción a su mando en tres ocasiones ha merecido la categoría de Excelencia.
¿A qué responde ese resultado?
Lo primero es ser un buen agricultor, porque hay una diferencia muy grande entre un productor y un agricultor. Un productor es aquel que piensa en la producción, en cómo subir más los planes. El agricultor es quien cuida el suelo, cuida el medio ambiente y se preocupa por la producción. A esas personas son las que tratamos de agrupar en este mundo de la Granja Urbana.
La Finca La Asunción está relativamente cerca de instituciones científicas y de la Universidad Agraria de La Habana. ¿Qué ha propiciado esa cercanía?
Tenemos muy buenas relaciones con los centros científicos del territorio como el Instituto de Ciencias Agrícolas, INCA, el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, CENSA, el Instituto de Ciencia Animal, ICA y muy buenas relaciones y vínculo con la Universidad Agraria Fructuoso Rodríguez Pérez. Por aquí pasan regularmente de 4 a 8 alumnos todos los años, donde hacen sus prácticas de curso, sus tesis. Hemos contado con muy buenos estudiantes, que además de hacer sus prácticas ellos mismos han traído medios biológicos, biofertilizantes, que ellos mismos han aplicado, contabilizado, pesado y sacado la diferencia con otras áreas que no han tenido.
¿Cómo valora usted la relación con esas instituciones?
Lo valoro como excelente para conmigo por la cercanía que tengo con esos institutos pero hace falta que se amplíe, que haya más extensionismo sobre todo en los productores. Los productores necesitan saber, saber cómo es que se usan los productos químicos y hasta dónde se deben usar. Los centros científicos deben acercarse más a los productores. Los productores tienen un lema Vista hace fe, lo que ven es lo que ellos tienen. Hay que llevarles cosas y demostrarles. Hay que llevarles a donde están las cosas hechas. No es tratar de hacer más, es tratar de tener un manejo que nos lleve a un equilibrio en todo, en producción y en el cuidado del suelo que es muy importante para el medio ambiente.
¿Hablemos de sus inicios?
Yo comencé en el año 1997. Con muy poca área. Yo nací y crecí aquí, me he hecho un productor, un agricultor. Mis primeros pasos fueron producir, después con el acercamiento a los institutos y a otros productores de la zona me fui convirtiendo en un agricultor, que todavía creo que no lo sea, ni que merezca esa categoría, porque el suelo tiene algo que todos los días se aprende de él y quien no cuide el suelo le deja muchos desechos a sus hijos.
¿Referentes o motivos para su trabajo?
Primero fueron las necesidades que había en los años 90, necesidades de comida. Mi padre conocía mucho sobre preparación de suelos y amaba la agricultura. Al estar cerca de los institutos comencé con muy poco pero, recibiendo mucha información de especialistas, porque a mi vida de pionero en la agricultura fueron capaces de entregarme lo que ellos sabían y con mis pocos conocimientos de agricultura los fui insertando y aplicando en la finca
¿A su juicio qué necesita la agricultura para mayores resultados?
La agricultura tiene un solo secreto es preparar suelo y sembrar. Tenemos que saber cuando comienza cada campaña con qué contamos, si tenemos fertilizantes, combustible para preparar un área determinada, no podemos soñar con más áreas. No se pueden coger los insumos que tenemos para trabajar, por ejemplo en una hectárea, y preparar dos hectáreas. No se puede arar y después decir, no tenemos semillas, no tenemos esto o lo otro. Se trata de Arar y sembrar.
Yo hablo de fertilizantes y fertilizante parece una palabra grande, pero fertilizante es todo, son los medios orgánicos que podamos conseguir, los desechos de cosechas que podamos incorporar, fertilizante es para el suelo el cuidado que hayamos tenido con él, no maltratarlo mojado, es no hacer un uso abusivo de los implementos. El suelo debe tener su descanso, saber cómo se hace y en qué momento se hace; por eso es que digo que los campesinos deben recibir instrucción, sin olvidarnos lo que hicieron nuestros antepasados.
No podemos pensar, por ejemplo, en cero roturación, porque tenemos necesidad de ampliar la agricultura y las producciones. Y cero roturación sí, pero para un área que se deje en barbecho, que llegue la oportunidad en que usted diga ya se puede surcar y sembrar, porque ya pasó la época de seca, ya la tierra se cuarteó, ya la tierra ella misma hizo su labor de roturación, entonces la mojamos, la minamos y surcamos, increíblemente ya está roturada ella natural pero, nosotros no podemos esperar a eso, porque las necesidades que tenemos de producción son otras.
¿Cuando mira su vida con qué se siente satisfecho?
Satisfecho con mis cinco hijos. Me dicen que soy un buen productor, pero siempre cuando me dicen eso, en quien primero pienso es en mis hijos. Siento que soy un productor, que he producido cierta cantidad de quintales cuando cierra el año, no creo que sea una inconformidad mía, pero pienso que debo producir más para el año siguiente y pienso además que en lo que me equivoqué o no me salió bien no me vuelva a pasar el próximo año.
¿Cuál es su mayor desafío?
Producir más, sin dejar esa regla que he impuesto esta finca, cuidar el medio ambiente, cuidar el suelo y respetar al consumidor. Aquí estamos, “fajaos y produciendo”

 

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