Otra vez el espíritu joven en la Caravana de la Libertad

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Vuelve a reeditarse la Caravana de la Libertad. Y como hace 63 años, se viste inexorablemente de juventud. Es casi un contenido proteico suyo, incorporado al suceso inacabable de lo cubano. Para cultivar la memoria, para insuflarle aliento vital a la obra social y humana triunfante en enero de 1959, se precisa de la energía, del entusiasmo, del optimismo a pesar de tantos y de tantos retrocesos. Otra vez los muchachos regresan a los pasos del heroísmo para que la Utopía no muera.

En el misterio de Cuba hay mucho de aquella tierra bien al este, como si lo real maravilloso del Caribe necesitara la fragua de la luz. No debe olvidarse que el valeroso aunque no suficientemente tenido en cuentaJosé Antonio Aponte, ajustó al Oriente cubano en aquel proyecto primigenio que tanto hizo temblar al poder colonial a principios del siglo diecinueve. La Caravana de la Libertad se inscribió en esa costumbre aún por desentrañar, de descubrir, de conquistar, de defender la Patria, en un tránsito del Oriente hasta el occidente del país, como lo pensaron tempranamente los próceres de 1868, como lo certificaron Gómez y Maceo entre 1895 y 1896, en una campaña solamente comparada con el paso de Aníbal por los Alpes más de dos mil años atrás.

El mismo Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, como hablando consigo mismo, se preguntaba si fue demasiado arriesgada la invasión de Camilo y del Che en 1958, y si el peso grande de la historia lo determinó. Es posible. Desde la percepción cultural, el ya fallecido musicólogo Danilo Orozco González, recordaba igualmente el viaje del son desde el este cubano hasta los confines de Vuelta Abajo, en el alma y en las manos de familias centenarias. Y así un género musical devino concepto, información genética si se quiere. La Caravana de la Libertad pasó por esos mismos caminos que fundamentan la cubanidad.

En el orden estratégico-militar tuvo, indudablemente, objetivos muy concretos. Camilo ya estaba en Columbia, y el Che en La Cabaña, pero a medio camino habría focos enemigos que la Caravana de la Libertad, siempre al estilo del Líder de la Revolución, estaría presta a deshacer con el menor costo humano posible. Y aquel suceso tremendo de hace 63 años reiteró la cultura de la resistencia que vino cristalizando durante siglos en el ajiaco descubierto por el sabio Fernando Ortiz, y que por estos días habita en la alegría y en la esperanza de esos jóvenes que transitan desde aquellas tierras por donde Cuba espera al Sol.

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