Una especie de Melocatos, distinguida por ser globosa, de color verde intenso, con forma parecida a la estrella de mar, hizo acreedor al lajero Argelio Pérez Ontivero del Gran Premio en el Festival Nacional de esa disciplina en Cuba.
Curiosidad y belleza se conjugan en el patio de este agricultor, dueño de la mayor colección de cactus y otras Suculentas en Mayabeque, donde habitan más de 400 especies.
Los cactus, distinguidos por poseer espinas a diferencia de las Suculentas, despertaron la pasión de Argelio dos decenios atrás, aunque este lajero asegura haber tomado más en serio este pasatiempo hace algo más de diez años. Desde entonces se entrena de forma autodidacta para garantizar la proliferación de las peculiares plantas y hoy se incluyen en su colección variedades originarias de Chile, Madagascar, Bolivia, Argentina, Estados Unidos y Cuba.
El “Agare Victoria”, planta proveniente de América y llevada al viejo continente como regalo de los colonizadores a los reyes de España y cuyo nombre fue dado en honor a la Reina Victoria de Inglaterra, se incluye entre sus tesoros naturales.
Argelio Pérez Ontivero, cuenta además, que “muchos cactus poseen propiedades medicinales, la sábila es uno de los más populares, empleada para combatir las úlceras gastrointestinales; también en la producción de cervezas o como ensalada en México cuyos frutos son comestibles”.
La Suculenta es básicamente un tipo de planta que se ha adaptado al medio ambiente, magnificando las posibilidades de recogido y almacenaje de agua a través de sus partes. Estas plantas por lo general se dan en climas áridos y secos donde escasea el agua.
Los cactus también son plantas suculentas. Pero entre sus claras diferencias está el desarrollo de espinas, el cual es una adaptación de las hojas para el recogido de agua del medio ambiente y para defenderse de animales o insectos herbívoros.
Una planta suculenta ha adaptado sus hojas, raíces y tallo haciéndolos más gruesos para poder almacenar agua en ellos. También ha desarrollado una capa de filamentos o pequeños pelos que forran sus hojas para poder atrapar la humedad (rocío) que aparece en la mañana o en la noche.
Si cortas la hoja de una planta suculenta podrás ver fácilmente el líquido generalmente baboso o viscoso que posee. Un ejemplo fácil de reconocer es el líquido en las hojas de la planta de sábila.