Más allá  de la fe y el optimismo

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Narciso Fraga Castillo, vicepresidente  de  la Asociación Cubana de  Discapacitados Físico Motores, ACLIFIM de la provincia Mayabeque,   se crece  ante las trabas que la vida ha puesto en su camino y a fuerza de voluntad ha dado riendas  a  su capacidad renovadora y su fe en el ser humano.

Licenciado en Educación, en la especialidad de Ciencias Biológicas, este  maestro de brillante  trayectoria, jubilado y reincorporado al aula, se vio obligado a sustituir  libros por  muletas  a  causa de  una grave  afección diabética que le llevó  a la amputación de  uno sus  miembros inferiores.

El traumático suceso lo  asumió con sorprendente optimismo gracias  a la ayuda de especialistas, familiares y amigos. La vida seguía su curso y él continuaba el sendero escogido.

Quienes fueron sus  alumnos le estrechan la mano  y le llaman con orgullo maestro , es  entonces que  este lajero emprendedor , regocijado, devuelve una sonrisa de agradecimiento, muchas veces desde  su silla de ruedas  conducida por Nidia  su esposa quien le retribuye amor y  enaltece  su esfuerzo .

Entonces  rememora aquellos  años en que impartía clases en la escuela secundaria básica  Antonio José Oviedo de San José de las Lajas donde  solía participar en encuentros de voleibol y baloncesto con gran  agilidad y destreza   acompañado del alumnado.

Ahora su situación es distinta y la práctica deportiva solo la puede concebir   sobre  ruedas,  sin embargo aunque la enfermedad lo privó de ciertas capacidades corpóreas, no pudo apagar sus sueños, ni cegar sus pupilas a la esperanza

Narciso se hace acompañar  siempre por el  altruismo y sus  ansias por la vida. Desde  de la organización que dirige  aboga por una mayor inclusión y por el lugar idóneo en la sociedad  para personas con necesidades especiales.

Se  sabe útil  programando actividades, concursos, encuentros en los que los miembros de la ACLIFIM  hallan apoyo y afecto, y sobre todo motivación para seguir adelante como personas aptas.

Para  Narciso Fraga Castillo, lo más importante es ver cada puesta de Sol,  observar  a  niñas y niños  entrar a las escuelas,  apreciar la satisfacción dibujada en los rostros de los ancianos incorporados a los círculos de abuelos y en especial,  hacer valer los derechos de las personas con limitaciones físico motores.

Varias veces he escuchado a este buen hombre expresar: “no son las barrera tangibles aquellas que podemos palpar  las que nos laceran, las que nos laceran el alma son las barrera intangibles aquellas que tocan el límite de la  indiferencia y la incomprensión por parte de algunos ciudadanos insensibles, que hasta hoy son completamente sanos como lo era yo;  sin embargo olvidan que quizás mañana puedan  ser ellos o sus seres queridos quienes requiera ayuda “

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