Concebir un hijo, cambiar de trabajo, viajar, encontrar pareja, mayor estabilidad económica, un juguete nuevo o permutar, es de los deseos más frecuentes por estos días, en los incluyó los de mi vecina de tener una mascota y los del pequeño Iván de que nieve en Cuba.
Este fin de año al igual que en los pasados, tradiciones de las más diversas índoles marcarán la despedida, desde el cubo de agua lanzada a las 12 de la noche a la calle para que se marche con ella lo malo, el abrazo y las felicitaciones entre amigos y familiares, la quema del muñeco que simboliza el año viejo y los deseos pedidos a las estrellas.
Y así con sueños por realizar los nacidos en esta tierra y pienso que cada persona del mundo esperan el arribo del 2017. Con ánimos renovados, optimismo y confianza en que cada nuevo periodo tendrá necesariamente que ser mejor.
Los cubanos en esta ocasión tenemos un reto especial mantener en alto las banderas del socialismo, ahora sin la presencia física del líder histórico de la Revolución Cubana, hacer prevalecer su ejemplo en los frentes económicos, políticos y sociales y demostrar al mundo la grandeza de un pueblo que no teme a la adversidades y es capaz de ser leal a su tiempo.