La Covid sigue dañando la vida. Desde la invisibilidad a diario hace visible su letalidad, me espanto cada día ante las cifras que dice el Doctor Durán y me aferro a su paz y a su convicción de poder vencer tan difícil batalla.
Batalla que es de todos. De los que saben como dice un vecino mío y de los que no saben y deben aprender, es de todo el personal de la salud, es de todos nosotros.
Nosotros somos responsables de cuidarnos y protegernos. Ponernos correctamente el nasobuco, lavarnos frecuentemente las manos, mantener el distanciamiento físico.
Distanciamiento físico que no siempre se cumple, las colas y las carencias, el deseo de hablar con el otro, la falta de percepción de riesgo, la indisciplina que lamentablemente también se hace presente.
Presente difícil este que vivimos, lo desconocido llegó hace más de un año y hostiga a más no poder. Hombres y mujeres de ciencia han perdido el sueño. Buscar soluciones devenidas candidatos vacunales ha sido y es su mayor aporte a favor de la vida.
La vida, inspiración de poetas y cantores, ahora en medio de esta encrucijada que requiere un alto, un respiro, fortaleza, garras, ilusión, porque no se puede perder la esperanza de que el panorama cambie y sea para bien.
Para bien se precisa de todo lo humano posible y en ello va la conciencia de todos, el extremo cuidado, responsabilidad y disciplina para no sumarnos a la cifra víctima de tan fatídico virus.
Virus que deja su huella en cientos de personas graves y criticas en salas de Terapia Intensiva, en los que mueren a diario a consecuencia de la enfermedad que ha rasgado sin pasión este siglo.
Siglo que se inscribe en la historia por cuan horrenda ha sido y es la Covid, siglo que sabe de tristezas y lágrimas, de miedos, de muertes, de bloqueo condenado por mayorías e ignorado por algunos; pero también de personas altruistas que empinan sus saberes en beneficio de la humanidad con la certeza de atribuir a la historia otras páginas que abracen la solidaridad, el optimismo y el amor.
Amor por ti, por mí, por aquellos, por todos, por Cuba. Amor que ha de apartar odios y odiadores, amor que ha de romper barreras y construir puentes, amor que ha de despertar en lo más profundo de cada quien la sensibilidad y el respeto al semejante para salvar la vida.