De muy acertada puede calificarse la decisión de fortalecer el trabajo de los consultorios del Médico de la familia en San José de las Lajas y toda la provincia Mayabeque, para enfrentar el nuevo rebrote de la pandemia de covid 19 en todo el territorio, teniendo en cuenta la magnitud del trabajo que demanda la atención primaria en las actuales circunstancias.
Quizás ya no sea tanto el terror a la pandemia, después de lidiar con ella desde el 2019, sin embargo no se puede perder de vista que el virus sigue por ahí y en cualquier parte más frecuente que al principio, ahora con varias cepas, entre ellas, la delta con su alta peligrosidad, mientras Ómicron ya le roba el show a los diseños anteriores por su rápida propagación.
Ya parecían quedar atrás los rigores de los grandes centros de aislamiento, la multiplicidad de terapias intensivas, los eventos en los barrios y el interminable trabajo de la atención primaria de salud. Pero lamentablemente al suspender la restricción de movimiento y reabrir la economía, y regresar a una normalidad nueva, la infestación vuelve a ascender y el consultorio tiene que crecerse.
Ahora el médico y la enfermera de la familia deberán atender, además de los cuantiosos programas habituales de salud, las emergencias que impone la covid a una velocidad vertiginosa en todo el mundo.
Por esa causa, mientras los centros y entidades vuelven a una nueva normalidad, los pacientes positivos deberán aislarse en casa a excepción de las emergencias, niños menores de 2 años que aún no se han vacunado, ancianos mayores de 65 años y las puérperas. Por tanto, la atención a los ingresos domiciliarios corre a cargo del Consultorio, que a la vez asume la vacunación de refuerzo tan apremiante para cortar la transmisión y evitar los desenlaces irremediables.
Por eso, se requiere además potenciar el trabajo para cumplir a tiempo con el cronograma de vacunación y frenar el rebrote. Esa vacunación también recae en el consultorio de cada barrio.
Razones suficientes para que se brinde todo el apoyo a que está convocando el estado para que médicos y enfermeras puedan responder sin contratiempos a la complejidad de las tareas y vacunar en tiempo record a su población en un margen de diez días.
Es una labor de titanes que requiere del apoyo de los individuos que deben acudir a la vacuna, del barrio que rodea al consultorio, de las entidades del entorno, el gobierno local y las organizaciones, para entre todos, detener este violento rebrote que amenaza a la humanidad.
Foto: Enfermera Margaret Diaz Hung, enfermera del Consultorio número 1 de San José de las Lajas durante su labor en el vacunatorio.