Las dificultades impuestas por la epidemia de la COVID-19, acrecentadas con el agravado cerco económico del gobierno norteamericano, no perturbaron la evolución del sector hidráulico en Cuba.
A pesar de las restricciones, esta institución ha logrado guiar las políticas nacionales dirigidas al aumento continuo de los servicios de agua e higienización, las inversiones en el sector y el cumplimiento de su compromiso estatal como autoridad de las aguas terrestres.
En San José de las Lajas, capital de Mayabeque, los mayores volúmenes de agua se utilizan en el suministro a la población y la agricultura. Enmarcar la solicitud del abastecimiento de agua a partir de las normas de consumo certificadas es trascendente para asegurar el abasto en cualquier caso.
Considerable resulta la labor que se realiza en aras de eliminar los salideros. Notable también será continuar animando la cultura del ahorro del agua entre la población, como un agente clave para poseer mayor disponibilidad del preciado líquido en tiempos de Covid-19.
El agua es todo para la higiene, la cocción de alimentos y en la industria para diversos destinos. Garantizar la implementación de alternativas en aras de alcanzar el máximo aprovechamiento del líquido y su tratamiento oportuno es imprescindible para la economía cubana.
El Programa Hidráulico Nacional es una realidad y sus beneficios son palpables; pero proteger el agua, es tarea de todos.
