El deporte, la mejor medicina

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En estos tiempos, donde se hace primario el reforzamiento de los valores humanos, es necesario destacar la incidencia del deporte en este propósito.

En primer lugar, la práctica de ejercicios físicos fortalece la salud y minimiza la ingestión de medicamentos, además, socializa a los jóvenes y educa en un comportamiento ajustado a las aspiraciones de nuestra sociedad.

El deporte desarrolla la personalidad y somete a los aficionados a las reglas del equipo o grupo. Respeto por los demás, cooperación y colectividad, relaciones de amistad con lazos más íntimos, expresión de sentimientos, justicia, responsabilidad y preocupación por sus compañeros, todo ello hace crecer a un ser humano mejor.

Entre los valores personales se desarrollan la habilidad tanto física como mental, la creatividad y la diversión. Asimismo y como aspecto importante aprenden a crearse un reto personal que los impulsa a trabajar, la autodisciplina y el autoconocimiento, también la aventura y riesgo,  el juego limpio, el espíritu de sacrificio, la perseverancia, la humildad y la obediencia.

Ahora bien, es necesario  enfocar al deporte con fin educativo. Dar más valor al proceso que al producto para evitar la exaltación del ego, y mantener una visión humanista del deporte, donde lo que tenga valor sea la persona, sus intereses y sus necesidades y donde todo el resto quede subordinado a esta premisa.

Nuestros deportistas han dado muestras de invaluables conductas que ponen muy alto el nombre de la Patria. Son dignos de admirar aquellos ejemplos que rechazan propuestas millonarias para hacer valer la lealtad a sus entrenadores y a sus equipos.

Sin duda, el impulso que los especialistas cubanos han dado al deporte en cada rincón del país es importantísimo. La capital de Mayabeque sobresale en el empeño de formar talentos y popularizar la actividad deportiva. El complejo deportivo Nelson Fernández Estévez ha sido por años el espacio ideal para hacer realidad los sueños de muchos y de todos. También se han perfeccionado los combinados deportivos de los Consejos Populares lajeros para los lugareños.

“La mente ha de ser bien nutrida pero se ha de dar con el desarrollo del cuerpo, buena casa a la mente”. Así opinó nuestro Apóstol. La tarea es permanente y perseverante. A todos, sin excepción, va dirigida la convocatoria. Porque con deporte somos mejores.

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