El Che, un ferviente deportista

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La historia marca el 14 de junio como el natalicio de Ernesto Guevara de la Serna, argentino- cubano, revolucionario, internacionalista, médico, pero también un amante ferviente del deporte.

Para todos, Ernesto Guevara o el  Che, que significa amigo en Argentina, también se conoció en el gremio deportivo como  “Chancho”.

Con solo 5 años, practicó natación, luego jugó  ajedrez, atletismo, béisbol, ciclismo, fútbol, golf, rugby, clavados, tenis de mesa, pesca, tiro deportivos y softbol.

Desde sus inicios en la carrera de Medicina se destacó como integrante del club de fútbol y participó en la Primera Olimpiada Universitaria en ajedrez y atletismo, donde registró 2,80 en Salto con Pértiga.

El amigo de Cuba tuvo al deporte ciencia como su favorito,  por ello en 1939 participó como espectador en la Olimpiada de Buenos Aires y conoce al campeón del oro en esa lid, el cubano José Raúl Capablanca.

Conjugó la vida revolucionaria y el deporte. Se cuenta que en la Sierra Maestra llevaba siempre un pequeño juego con piezas rústicas, fichas que aún se conservan en la Casa del Che, hoy museo.

El triunfo revolucionario cubano motivo al Che a la práctica masiva del ajedrez, especialmente entre niños y jóvenes,  y coincidió con el genial Capablanca, quien expresó: “El ajedrez debiera formar parte del programa escolar de todos los países.”

Su pasión por esta disciplina era tanta que en junio de 1962 venció en una simultánea al maestro nacional Rogelio Ortega, en ese mismo año jugó con  los Grandes Maestros Miroslav Filip, y y Mijail Tal, ambas partidas quedaron en tablas.

Asimismo, en el 1963 se enfrentó al Maestro Internacional Eleazar Jiménez y el juego volvió a quedar en tablas.

En cierta ocasión participó en el torneo del Ministerio de Industrias, celebrado de junio a agosto de 1963, de 24 jugadas ganó 20, 2 tablas y 2 perdidas.

Se cuenta que el estilo de juego del Che era intuitivo, nada de academia, más bien prefería el juego táctico, muy parecido a la posición que siempre adoptó en la vida cotidiana. En el ajedrez y en la lucha revolucionaria prevalecían dos términos, firmeza y victoria.

Para el guerrillero heroico el ajedrez define los valores de análisis, concentración y autocontrol.

Su ímpetu por el juego ciencia lo hizo precursor de los certámenes Capablanca In Memoriam y siempre la imagen y la acción del Che estaban presentes ya sea como fiel aficionado o activista.

Para el Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER) y el Instituto Latinoamericano de Ajedrez (ISLA), el Che sigue siendo un paradigma,  por ello le fue otorgado el excelentísimo título de Caballero de la FIDE en el año 2009.

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