De todos los juguetes que tuve cuando niña, mi preferida fue una muñeca de trapo, hecha por las manos maravillosas de mi abuela, quien imprimió en ella, sabiduría y ternura.
Desde entonces adoré el arte de la muñequería con sus múltiples formas. Las simpáticas rubias con trenzas o la colegiala con uniforme de primaria; las cocineritas con delantales blancos y una amplia sonrisa, o aquellas vestidas de mexicanas con anchos sombreros; todas enviándonos un mensaje lleno de alegría.
La cultura lajera de estos tiempos está matizada con la belleza de estos muñecos que entregan con amor los integrantes de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA).
En San José de las Lajas el colectivo de la ACAA está conformado por una familia de lajeras y lajeros bien preparados, que combinan lo útil con lo bello.
Ellos poseen conocimientos, dominio y técnicas en diferentes manifestaciones, las cuales centran su objetivo en expresar la identidad del territorio.
El escenario principal de estas obras es el Callejón del Artesano, ubicado en el Boulevar de la capital mayabequense.
Objetos de barro con mensajes amistosos, tazas de café con pinturas alegóricas y porta tazas, hermosas prendas femeninas, objetos de mimbre como sombreros, carteras y cestas, deleitan al transeúnte.
También las postales para enviar a la madre u otro miembro de la familia; al amigo, en ocasiones especiales o los adornos domésticos con el sello de este terruño, representado por la columna de la primera iglesia erigida en nuestro suelo.
Otra maravilla de la artesanía lajera son los objetos tejidos a mano, vericuetos inimaginables a base de hilos de diferentes tonos y texturas que impresionan por el talento de sus creadoras.
En el desfile de tanto y tanto arte aprendes a educar tu sensibilidad ante lo que sale de las manos de tus coterráneos y aprecias el talento del verdadero artista del pueblo.