Cumplir con las reglas sociales nada tiene que ver con viejas costumbres, es solo la materialización de lo aprendido desde la cuna para vivir en armonía con los semejantes, también en los tiempos modernos.
Se trata de respetar, vocablo cuyo significado es pensar y actuar positivamente sobre los demás y sobre nosotros mismos (auto respeto), significa preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás, ser inclusivos y aceptar a las personas por lo que son, incluso cuando son diferentes.
Cada persona, es responsable de su actuar, y por tanto, encargada de hacer que prevalezca el respecto, como denominador común en los escenarios colectivos, es por ello que alarma la frecuencia conque observamos en espacios públicos los besos, caricias, arrumacos y toques profundos, de algunas parejas, cuyos actos denigran su integridad y sirven de ejemplo bochornoso y desagradable de obligados expectadores.
Considero que las manifestaciones públicas excesivas de los sentimientos y el amor entre los semejantes nada tienen que ver con su grupo etario o con la preferencia sexual, por lo que es totalmente injustificado exhibir nuestra intimidad, como expresión de fortaleza en una relación de pareja.
La intimidad y el amor de una pareja, a mi juicio, es algo hermoso, para ser compartido entre dos, y no exponerlo como botín de guerra. No importa cuánto corran los tiempos modernos, el amor merece respeto.