La economista y contadora mayabequense Carmen Pérez Llerena desarrolla el estudio de factibilidad de un ambicioso proyecto a favor del uso adecuado de los recursos, la obtención de utilidades y el incremento de la oferta alimenticia para los pobladores.
Hace unos meses se concretó la idea en una reunión de asesoramiento de los profesionales de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) de Mayabeque con cooperativistas de la provincia para esclarecer dudas, corregir problemas y ofrecer alternativas en aras de enfrentar las nuevas disposiciones de la Tarea Ordenamiento.
En esta asamblea Eliecer Salazar Delgado y Aldo Caballero Izquierdo, campesinos de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Luis Brito León del Consejo Popular de Tumba Cuatro de la zona 2 del municipio de Jaruco le comentaron sobre el proyecto a Pérez Llerena, quien de inmediato lo asumió como suyo y los incitó a seguir adelante con su apoyo y el de la ANEC.
A partir de ahí los jaruqueños proyectaron la cría de tilapias en la presa La portilla ubicada a 160 metros de la Finca La Esperanza, con el objetivo de dar respuesta al pedido de la agricultura de explotar en el radio de acción todas las micro presas y espejos de agua y de buscar opciones rentables ante la clasificación de sus suelos de categoría tres (muy deficientes) para otros fines.
En la primera etapa pretenden comprar 20 mil alevines que en siete meses deben llegar a la adultez 16 mil tilapias de poco más de una libra, equivalentes a 32 mil filetes de 200 gramos como promedio o 6,4 toneladas de pescado.
Según el análisis de Pérez Llerena con estos resultados la población jaruqueña accedería a una libra de tilapia de los 5 kilogramos que se deben priorizar, los trabajadores aumentarían sus salarios, la CCS tendría una utilidad de 139 700 pesos en el primer año y la inversión se recuperaría en solo 8 meses.
Ante el reto se siembran campos de morera, titonia, kingra y caña y ya están procesadas 1330 libras de plantas proteicas, listas para la alimentación de los alevines.
La segunda etapa del proyecto comenzará en octubre venidero e introducirá la cría de conejos y el uso de la acuaponia, que consiste en un sistema de siembra de hortalizas y alimento animal en agua o canteros flotantes.
En este punto se utilizarían 170 metros cuadrados de canteros (equivalentes a la producción de cinco hectáreas de tierra) con el aprovechamiento del agua de la presa, rica en nutrientes debido a las excretas de los peces y el uso de tuberías de bambú para abaratar los costos.
Como novedad este proyecto utiliza tecnologías y maquinarias recuperadas a partir de la innovación, el emprendimiento y esfuerzo propio de dos personas que con ideas eficientes darán un uso adecuado a los escasos recursos de su radio de acción.
Junto a los campesinos sueña la optimista Carmen Pérez Llerena, finaliza el estudio de factibilidad, el diseño metodológico del proyecto a partir de las necesidades y espera con ansias los frutos de una idea que por azar o suerte llegó a sus manos y que permitirá la auto-sostenibilidad de la CCS y un impacto a corto plazo en la localidad de Jaruco.