Por estos días, cuando el tiempo resulta breve para felicitar a tantas mujeres respetables por su valioso aporte a la sociedad, me parece apropiado dedicar unas líneas a Diané Reyes Lazo, porque en ella va creciendo la cultura cubana a través del arte que lleva dentro y que piensa llevar hasta el nivel más alto.
Diane Reyes Lazo es una linda cubanita de apenas catorce años, suficientes para mostrar que es merecedora de reconocimiento por lo provechoso de su desempeño desde los primeros años de su hermosa vida.
Desde muy pequeña llamó la atención con sus ocurrencias sorprendentes, en un comportamiento infantil que tal parecía una actriz de teatro bien entrenada y pronto la vida dio la razón a quienes le conocimos en el barrio, del que nunca debió mudarse, pues nos alejó de una autentica artista en miniatura.
Su aptitud no pudo pasar inadvertida ante los expertos y en poco tiempo el público de San José de las Lajas disfrutó su Meñique en el grupo de teatro Los Pequeños Príncipes, donde pudo dar riendas sueltas a su talento innato y recrear en representaciones magistrales todos los personajes del mundo infantil que apenas rebasa.
Así llegó hace apenas pocos días al desafío más importante de su vida: la audición para optar por la carrera de dirección coral en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, en la especialidad de Música y salió otra vez con el merecido y dulce sabor del éxito, para entrar con más razón a enaltecer la cultura lajera con los valores de nuestra juventud.
Por eso, hoy no puedo pasar por alto a esta criollita, pues la veo desde ahora como digna representante de la mujer cubana en el luminoso porvenir de San José de las Lajas y nuestra Cuba hermosa.