Hace 57 años, 82 hombres emprendieron el camino hacia la libertad desde tierra mexicana rumbo a Cuba.
Trazaron una ruta para ser libres o mártires, decidieron entonces hacer realidad el sueño de otras generaciones de cubanas y cubanos comprometidos con la total independencia de la mayor de las Antillas.
Fue el yate Granma la embarcación que trajo a bordo la heroicidad de jóvenes revolucionarios, que tras los sucesos del Moncada e inspirados en los mambises, decidieron conquistar a cualquier precio la soberanía de la Patria.
Los expedicionarios, comandados por Fidel Castro, tenían el fin de encender la llama de la insurrección armada para asestar el más duro golpe a la tiranía batistiana y lograr la libertad definitiva para Cuba.
El desembarco, por inclemencias del tiempo no pudo efectuarse la fecha prevista, el 30 de noviembre, y tras intensas jornadas de navegación, arribaron a costas cubanas cerca de Playa Las Coloradas, al final de la madrugada del 2 de diciembre de 1956.
Después del arriesgado desembarco sufrieron el revés de Alegría de Pío el día cinco de diciembre y se dispersaron; Fidel, con un pequeño grupo, logró asentarse en el firme de la Sierra Maestra.
Desde esa fecha puede decirse nacía el Ejercito Rebelde, que justo un mes después protagonizaría una página de heroicidad con la toma del pequeño cuartel de La Plata.
El Granma, escaló los más insospechados parajes del lomerío oriental, hasta la Sierra Maestra llegó el brío de los expedicionarios que dispusieron la proa rumbo al futuro como preámbulo de toda una epopeya que alcanzaría su meta el primero de enero de 1959.
Hasta nuestros días llega el ejemplo de aquellos 82 jóvenes que decidieron juntar voluntades y sueños para hacer libre a la patria y conquistar el futuro.