“Cuba que linda es Cuba, quien la defiende la quiere más” es parte de la composición de Eduardo Saborit que acompaña celebraciones y que se corea a viva voz.
La belleza de esta tierra ha inspirado a poetas y cantores, quienes han inscrito en la eternidad la belleza de esta isla.
Realmente no se equivocó el genovés Cristóbal Colón cuando advirtió desde el siglo XV la hermosura de la mayor de las Antillas, esta tierra que suma también historia, pasión y sueños.
Defender a Cuba no se trata específicamente, de hacerlo con armas para salvaguardar su independencia y paz, defenderla para quererla implica pensarla en bien, concebir para ella su presente y futuro desde la fertilidad del pensamiento, desde la vocación humanista, desde el mejoramiento humano siempre imprescindible.
Querer a Cuba significa honrarla con los actos individuales, esos que demuestren valores, capacidad para hacer más que para decir, valentía para corregir errores y sobre ellos plantar certezas.
En medio de todo lo que vivimos y abruma, de carencias y crisis, del éxodo que también tatúa nidos vacíos, esta esa realidad que urge salvar, esa que necesita de unidad y fortalezas, esas páginas sueltas del libro por escribir que autentican cuán importante es hacer el bien.
Mantener la belleza de un lugar va también en el cuidado y protección a cuanto nos rodea, va en la disciplina y responsabilidad para preservar y en el amor que seamos capaces de abrigar para enfrentar lo adverso.
Cuba es linda y no solo porque sea el destino turístico, que casi nosotros desconocemos, es linda por su naturaleza, por su gente, por la “sandunga” que habita en quienes insisten en sonreír en tiempos difíciles, es linda por su historia, esa que abriga a héroes y heroínas, sucesos que corroboran el decoro y arrojo de sus hijos.
Defender a Cuba es defender la esperanza, defender a Cuba es amarla desde la razón, desde el servicio cabal, desde la verdad, desde el sano empeño en construir, multiplicar, sumar y no restar.
Defender a Cuba es hacer por ella y en esa máxima estamos convocados todos, en la medida que seamos mejores, mejor será también ese sueño de lograr una Cuba mejor.
