Protagonista de primera línea en esa enaltecedora profesional, la doctora Blanca Toymil, especialista en Medicina Familiar, tiene el privilegio de honrar con su profesionalidad y sencillez al eminente médico cubano descubridor del mosquito agente transmisor de la fiebre amarilla.
Integrante del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve y coordinadora de la brigada que combatió a la Covid-19 en Honduras durante cinco meses, esta galena defiende con total entrega su vocación en la misión de luchar entre la vida y la muerte.
Ella, como todos los médicos cubanos, hacen posible llegar a este Día de la Medicina Latinoamericana con el mérito de ser el país de América Latina y el Caribe con mejores indicadores de Salud, experiencia que llevaron a 39 naciones donde enfrentaron la enfermedad causada por el SARS-Cov-2.
Con 28 años dedicados a la medicina familiar o médico de la familia, denominación muy común entre los cubanos, Toymil tiene en su aval ‘haber contribuido a la creación de un robusto sistema de salud, a la fortaleza de la atención primaria de salud en todo el país y a la formación de médicos con firmes principios de solidaridad, humanismo, disciplina y elevada profesionalidad’.
‘La medicina en Cuba es para y con la comunidad, la familia y el paciente, lo importante es tratar, curar y en ocasiones salvar a la persona de la muerte como lo hacemos hoy en nuestro país y en cualquier parte del mundo, por eso trabajamos en la promoción y en la prevención, esa es la entereza de la escuela cubana de medicina’, afirmó.
En su opinión, no hacen falta grandes instituciones con modernas tecnologías, sino amor, sensibilidad y principios humanistas.
Los galenos cubanos desbordaron las fronteras de la isla, y a pesar de la hostilidad y el criminal bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos y sus campañas para desacreditarlos enaltecen los esfuerzos gubernamentales para preservar y restablecer la salud dentro o fuera del país.
Este 3 de diciembre resulta preciso detener la mirada en América Latina, región fuertemente golpeada por sistemas de salud insuficientes, colapsados y golpeados por las privatizaciones, a donde acudieron para llevar esperanzas a las poblaciones más necesitadas, muchas de las cuales nunca habían sido atendidas.