Entre flores, poemas y canciones José Martí se hizo presente en cada cubano digno. El pueblo agradecido lo reinventó en el pensamiento de los jóvenes y la mirada ingenua de los niños.
Es que Martí nos enseñó a creer en el mejoramiento humano y en el renacer constante de los Pinos Nuevos. Su andar de gigante lo inmortalizó, lo multiplicó en cientos que alzaron sus voces para mostrar que están dispuestos a defender con ideas la figura del Maestro porque “quien se levanta hoy con Cuba, se levanta para todos los tiempos”.
Nuestro Héroe Nacional es un manantial de todas y todos, su presencia desafía la muerte, sus legados seducen la historia. No se requiere una excusa para buscarlo en la gente y encontrarlo en la persona humilde o el amigo sincero. No fue un pretexto o una simple causa, fue una razón mayor: la Patria.
Por ella repudiamos a los traidores que intentaron manchar con injurias lo más sagrado de esta tierra, la dignidad no conoce de precios. Hoy a 167 años de su natalicio las nuevas generaciones son continuidad, un ejército de luz que sabe enaltecer a sus mártires porque ha demostrado ser fiel heredero de las ideas del Apóstol. Ya lo dijo Martí: “Quien no sabe honrar a los grandes, no es digno de descender de ellos, honrar héroes los hace”.