Cada año octubre se transforma en escenario de respeto y distinción a Ernesto Guevara de la Serna y Camilo Cienfuegos, recordados siempre por el pueblo cubano. El Che, asesinado el 9 de octubre de 1967, y el Señor de la Vanguardia, quien con solo 27 años desapareciera en las honduras del mar al caer el avión en que viajaba, el 28 de octubre de 1959.
Camilo y Che, aún transitan moralmente como almas semejantes y continúan vivos en el corazón y la memoria de hombres y pueblos. El homenaje y respeto que se les deposita, con el transcurso del tiempo, brinda un sentido imperecedero a sus vidas ofrendadas anticipadamente en aras de ideales y luchas insignes y fecundas.
Un cariño recóndito brotaría entre aquel hombre nacido en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, y Camilo Cienfuegos, un habanero de Lawton, último en unirse a los futuros expedicionarios del yate Granma, venido al mundo el 6 de febrero de 1932, al parecer consignados ambos por el contextos a encontrarse y mediar intensamente en la historia de la mayor de las Antillas.
La amistad y el heroísmo de estos dos hombres, permanecen en el imaginario de los cubanos como dos jóvenes bondadosos y alegres. Camilo, el del sombrero alón, y el Che, el argentino guerrillero.
Hoy el pueblo de Cuba evoca a esos dos grandes de nuestra historia, quienes pasaron a la inmortalidad como el Guerrillero Heroico y el Señor de la Vanguardia.