Hablar de Camilo Cienfuegos es rememorar la historia y resucitar los acontecimientos de la guerrilla cubana que aseguró el triunfo de enero de 1959. Tan solo vivió 27 años pero eternamente será recordado por cada niño y joven cubano como el hombre de las mil anécdotas, expresión franca y sombrero alón.
A Camilo lo llamaban el Señor de la Vanguardia porque siempre era el primero. Fue, sin dudas, su carácter afable y su sonrisa generosa con la que ganaba amigos desde el primer encuentro. Esa simpatía lo convirtió desde muy temprano en uno de los más bondadosos dirigentes de la Revolución.
Glorificada en la historia permanece hoy la imagen del Comandante Camilo, el Héroe de Yaguajay. Al decir de la heroína cubana Vilma Espín “Camilo es una figura legendaria, es la idea que yo tengo de Camilo, hasta de su mismo nombre nada común, lleno de fuerza y de poesía al mismo tiempo. Si nosotros inventáramos un nombre para un personaje de leyenda le podríamos poner el nombre de Camilo Cienfuegos”
Su paradigma es bandera de pureza y afecto hacia los más nobles sentimientos por la Patria. Tan constante y valioso como la Sierra Maestra es ese legado que nos dejó. Ese que acogen como fraternos hermanos todos aquellos que combaten dondequiera que estén.
Cada 28 de octubre recordamos al inolvidable amigo que no muere porque vive en el corazón de todos los cubanos. La valentía de un león y la pureza de la paloma se juntan en el Héroe que siempre renace.