Anorgasmia femenina

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Durante mucho tiempo las mujeres fueron catalogadas como seres sexualmente inferiores al varón. Ciertas autoridades médicas estaban convencidas de que la mujer era incapaz de tener excitación sexual. Sin embargo, otros médicos opinaban que la fémina con capacidad de respuesta sexual, eyaculaba en el momento del orgasmo.

El reconocido psicólogo Freud consideraba que el deseo sexual era un rasgo masculino. La idea de la envidia del pene como hecho universal en el desarrollo de la mujer, el concepto de que su madurez sexual se alcanza con el orgasmo vaginal y no el del clítoris, apoyaban estos pensamientos.

Según Freud, en la sexualidad, el varón es el agresor y todos los rasgos activos son fundamentalmente masculinos, mientras que los rasgos pasivos son femeninos. Dicho investigador definió la naturaleza masculina como objetiva, analítica, intelectual, agresiva, independiente, activa y confiada.

Sin embargo, consideró la naturaleza femenina con los rasgos opuestos, es decir, subjetiva, emocional, sensible, irracional, pasiva y dependiente. El trabajo de psiquiatras posteriores vinculados a cambios en los valores culturales, dio lugar a una visión actual de la sexualidad femenina marcadamente diferente a la anterior.

No obstante, resulta evidente que, a pesar de los cambios, todavía se mantienen mitos y conceptos erróneos en cuanto a la sexualidad femenina. Los que a su vez suelen constituir importantes factores en la génesis de diversas disfunciones sexuales en la mujer.

Antes de 1970, previamente a la publicación del libro Human Sexual Inadequacy, se utilizaba el término frigidez para describir varias dificultades sexuales en la mujer .Actualmente, se abandonó el uso de ese término debido a la falta de precisión diagnóstica.

Según algunos investigadores el diez por ciento de las mujeres casadas presentan una disfunción sexual relacionada con la ausencia de orgasmo. Pero, ¿a qué llamamos orgasmo?

El orgasmo, tanto en el hombre como en la mujer, representa el mayor momento de excitación y goce, durante la actividad sexual.

En las mujeres está marcado por contracciones rítmicas y simultáneas del útero, el tercio externo de la vagina y el esfínter rectal. Es una respuesta total del organismo que no se circunscribe solamente a la pelvis.

La disfunción orgásmica primaria o anorgasmia primaria se define como el estado de la mujer en que nunca ha tenido un orgasmo.

Algunas solo lo vivenciaron en una o más ocasiones y a este trastorno se le clasifica como anorgasmia situacional. Sin embargo, otras manifiestan la anorgasmia durante el coito o después de un periodo orgásmico normal.

Dentro de las causas orgánicas que provocan la disfunción sexual femenina, se encuentran los estados que afectan la inervación de la pelvis, producidos por tumores o traumas de la médula espinal, neuropatía diabética o deficiencias de la nutrición.

También puede deberse a procesos que debilitan la integridad vascular de la circulación vaginal, tales como el aneurisma abdominal, obstrucción trombótica, arteritis o arterioesclerosis grave.

Muchas enfermedades crónicas limitan indirectamente la capacidad de respuesta orgásmica al afectar la libido y la salud en general. Aquí se incluyen procesos ginecológicos como las infecciones vaginales crónicas y las anomalías congénitas.

Según el Masters and Johnson Institute el 95% de los casos tratados por anorgasmia posee un origen psicógeno. La exposición durante la infancia a un ambiente de rigidez y ortodoxia religiosa, una actitud negativa hacia la desnudez y la sexualidad, se observa con frecuencia en las mujeres con inadecuación orgásmica.

Puede deberse, en muchos casos, a una comunicación ineficaz, hostilidad hacia el compañero o cónyuge, desconfianza hacia este, preferencias sexuales divergentes y a las exigencias que demuestran sus parejas.

En ciertas situaciones, el principal elemento de la disfunción orgásmica reside en la ignorancia sexual. Muchas mujeres no están familiarizadas con su propia anatomía o no tienen idea de qué tipo de actividad sexual les resulta más placentera.

Esta incapacidad de comunicación puede ser provocada por falta de aprendizaje en la comunicación sexual, una sensación de que no es correcto que la mujer le diga al hombre lo que le gusta, lo que siente, y un temor a que su compañero se ofenda ante estas sugerencias.

Muchas mujeres no logran discernir con seguridad si experimentaron alguna vez orgasmos. Inclusive, algunas esperan que el orgasmo sea como un terremoto a su alrededor. En estos casos la mujer puede ser orgásmica sin advertirlo plenamente.

Una vez sospechada la anorgasmia en la mujer, acudir al especialista en Medicina General Integral es una magnífica opción. La interconsulta del caso con sexólogos y psicólogos  puede ayudar a las parejas afectadas.

En este contexto, tanto la mujer como el hombre tienen la oportunidad de ver a un terapeuta que trate los temas sexuales, con conocimiento y experiencia.

Resulta importante que la pareja conozca la existencia de los dos orgasmos femeninos: el clitoridiano y el vaginal, así como que ambos pueden variar de intensidad de una vez a otra.

La búsqueda de un orgasmo explosivo y estremecedor suele bloquear la aceptación de que otra respuesta menos espectacular sea auténtica. La mujer que presenta anorgasmia debe buscar ayuda especializada. Un buen diagnóstico y tratamiento podrán solucionar el problema, en la mayoría de los casos.

No deben olvidar que el orgasmo es una respuesta psicofisiológica normal ante el aumento de la excitación sexual, por lo que si se deja que el cuerpo actúe como un modelo emocional positivo, es decir sin ansiedad, ira o racionalización excesiva, el orgasmo se producirá espontáneamente.

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