Afirman que inclusión de Cuba como nación terrorista tiene como objetivo impedir a Biden remodelar relaciones

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Tomado de Radio HC

La Habana, 13 ene (RHC) La inclusión de Cuba en la lista unilateral de Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo es insostenible por el prestigio de la nación caribeña, opinó hoy aquí el politólogo Jorge Hernández.

El experto en temas estadounidenses y sobre las relaciones bilaterales afirmó en entrevista con Prensa Latina que la medida no resulta sorprendente y pretende amarrar al próximo presidente, Joe Biden, en la política de bloqueo y hostilidad contra el pequeño y vecino país.

La decisión de Washington resulta injusta e inverosímil por el prestigio mundial de Cuba en el combate al terrorismo, apuntó.

También porque ‘la mayor de las Antillas ha sido víctima de las prácticas terroristas engendradas por Estados Unidos y ejecutadas por sus marionetas y mercenarios’, subrayó.

Para el miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba la medida suma más descrédito y desprestigio al gobierno del presidente Donald Trump, ‘quien hasta último minuto pretende asfixiar al pueblo cubano’.

Añadió que la inserción en ese listado busca aumentar la presión contra La Habana y satanizarla en foros internacionales con eco y resonancia entre voceros y fuerzas de la derecha.

Enfatizó, sirve de justificación a los promotores del bloqueo en el Congreso estadounidense para entorpecer iniciativas de flexibilización de la política hostil como las que implementó el presidente Barack Obama a partir del proceso de distensión iniciado el 17 de diciembre de 2014.

Hernández adelantó que la ‘lista’ implica castigos como las prohibiciones a las ventas de bienes y tecnologías e impedimentos a la asistencia financiera de instituciones internacionales.

Pretende asimismo dificultar la cooperación de la isla con otros países y promueve el cerco económico y financiero vigente por seis décadas.

‘Tales propósitos ocurren en el marco de la salida de Trump de la Casa Blanca y se acompañan de empeños renovados para la subversión política focalizada en sectores específicos de la sociedad cubana’.

Para el analista la intención es dejar al gobierno de Biden con un camino empedrado en su enfoque hacia Cuba.

Sobre todo con la mayor cantidad de obstáculos posibles a una revitalización de los pasos dados por Obama, en cuyo gobierno el próximo mandatario ocupó la vicepresidencia durante ocho años.

Según el politólogo cubano no hay que olvidar que la política de Estados Unidos hacia América Latina ha estado marcada por la agresividad contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo cual gravitará en la agenda de la nueva administración.

Apunta que Washington no le perdona a la isla caribeña el carácter socialista de su revolución, ni sus lazos con Caracas y Managua, basados en la solidaridad y el respeto a autodeterminación y la soberanía.

Significó que Biden se pronunció por restablecer ‘algún nivel del compromiso iniciado por Obama e incluye permitir que los cubanoamericanos visiten a sus familiares y envíen remesas’.

En este contexto, dice Hernández, la inclusión de Cuba en la lista terrorista es muestra del desespero de sectores de la ultraderecha que hicieron vida en el mandato de Trump y promovieron sesgos fascistas, xenófobos y racistas.

En tales extremos Cuba ‘es percibida y manipulada como símbolo contrario a la democracia, la libertad y los valores de la denominada cultura occidental’, refirió el académico.

Y se pregunta: ‘¿Procederá Joe Biden, como Obama, a sacar a Cuba de una lista en la que nunca debió estar? ¿Será más pronto o más tarde? Mejor no especular’.

(Prensa Latina)

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