2021 va de retirada

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2021 va de retirada. Ha sido un año intenso que nos deja las huellas de la Covid-19, en un azote perverso que arrebató vidas, privando de seres queridos a familiares y amigos.

A la par de esa realidad estuvo y está el hacer de hombres y mujeres de ciencias, empeñados en fraguar soluciones, alimentar la esperanza y salvar la existencia, una batalla destinada a ser victoriosa.

El año que está por terminar nos deja también el protagonismo del personal de salud y de apoyo a esa labor. Varias escuelas se convirtieron en centros de atención a personas contagiadas, estudiantes de Medicina y Enfermería se sumaron a las pesquisas y cuanta acción resultara necesaria en el enfrentamiento al virus que nos robaba la tranquilidad.

Trabajadores de distintos sectores prestaron sus servicios para asistir a personas diagnosticadas con la Covid, de esa manera se ocuparon de sus gestiones cotidianas, siempre con marcada sensibilidad.

Aunque los colectivos laborales ajustaron las medidas orientadas por la dirección de salud, hubo enfermos, centros de trabajo en que mayorías se contagiaron pero, una vez se impuso el rigor en el cuidado individual y colectivo para que no existiese retroceso.

Ha sido un año difícil, donde la provincia Mayabeque y el municipio San José de las Lajas en varias ocasiones figuraron entre los de alta incidencia; a ello se sobrepuso el trabajo de las autoridades del territorio, Salud pública y la cooperación de todos a través de la unidad, siempre imprescindible.

La disciplina y la responsabilidad, aún tiene que madurar aunque la adversidad y la crudeza de la pandemia enseñaron con  tamaña nitidez, que cobran caro indisciplinas e irresponsabilidades.

La Covid trajo consigo medidas que nos obligaron a reordenar nuestras costumbres y rutinas, el quedarnos en casa, el distanciamiento físico establecido, de algún modo estremecieron las relaciones sociales que ahora, ante la nueva normalidad recobran un poco de luz.

La pandemia nos deja su huella. Para la mayoría el susto y a la vez la advertencia: Infringir las medidas establecidas nos puede llevar al abismo. Por otra parte nos ha demostrado quienes somos para con nosotros mismos. Cada quien se ha mostrado tal cual es.

En medio de su cruda realidad, llegó la vacunación, esperada y muy bien recibida; aliciente y certeza de la sabiduría de sus creadores, empeño del estado cubano, esperanza que devino escenario alegría y gratitud.

Se va un año, que nos ha quitado sueños, nos ha tocado fuerte y nos muestra que somos vulnerables. Aprender de lo vivido no solo nos hará más conscientes, sino también más  aterrizados a la hora de enrumbar nuestros actos.

Andamos ya por el onceno mes de 2021, y nos queda la sana satisfacción de apreciar la luz, o lo que es lo mismo el acierto en esta batalla desigual que hemos sostenido contra la Covid-19, lo que no implica que nos confiemos, pues el peligro está latente.

Seamos mejores que ayer, aprendamos de una vez y por todas que el bien multiplica la capacidad y el rendimiento, que el amor salva y la soberbia destruye, que el talento dispuesto en la mejor creación ilumina todo sendero, que la amistad se cultiva y mitiga penas y la unidad siempre será el mejor camino.

 

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