Y casi se va 2024, un año tenso marcado por la crisis económica, los apretones del bloqueo, la bravura de la naturaleza y los obstáculos que nunca faltan en ese camino de todos, donde carencias y desatinos también han hecho de las suyas.
Se va un año en el que en los hogares hay ausencias, consecuencia de una travesía emprendida desde cualquier lugar del archipiélago, un año donde no han faltado oportunistas enemigos de la existencia, como el Oropouche, el Dengue…
Cuba, ha estado a merced de todo tipo de vaticinio y augurios, los que nos quieren bien, han puesto en la solidaridad la vía más pura para aliviar los males que nos asisten, los que nos quieren de otra manera, no han cesado de incentivar modos para que Cuba sea otra, a cualquier precio.
Pero en esta historia que cuentan casi 11 meses vencidos va también la heroicidad de los que siguen aquí, esos que cada día asumen el reto de vencer cada jornada, los mismos que hacen malabares para que no falte un plato de comida en la mesa y hacen magia con el salario para que rinda lo que se sabe no puede rendir como se desea.
En esta historia, está esa cuota de altruismo que no falta en quienes con muy poco tienen que responder a urgencias y sobre ellas plantar soluciones que favorezcan a todos.
En esta historia está el aprendizaje cotidiano de resistencia, la voluntad de no desistir, de sostener la carga y empujar con todas las ganas para que se haga la luz, la natural que provee el astro rey y la otra, esa que padece las calamidades de termoeléctricas envejecidas y enfermas.
En esta historia del año que se va está el decoro de los que perseveran en enderezar el presente para hacer sólido el futuro que se avecina, está la resiliencia anudada al pensamiento y acción para levantarse cada día y tratar de ser mejor que el día que se fue.
En esta historia están los que aman, los que enseñan en las aulas con pocos recursos, los que insisten en salvar vidas sin tener todo lo necesario, los que reparan roturas y pugnan contra el deterioro para también salvar y contribuir al bienestar que merecemos
….y se va 2024, un año tenso, es verdad; que nos estremece, nos golpea y a la vez demuestra nuestra estirpe, esa que nos sabe aferrados a los propósitos, capaces de aceptar cualquier desafío, enamorados de la vida y de las personas que se adjudican un lugar en nuestro corazón y sobre todo alegres, porque hasta de nuestros infortunios somos capaces de reírnos, pasar página y seguir adelante.
Somos: Cuba, ese destino turístico para muchos en distintas latitudes, para nosotros, tierra amada, país que debemos hacer mejor.
