El uso excesivo de las tecnologías ha sido objeto de preocupaciónde médicos, psicólogos y científicos en todo el orbe. Numerosos estudios se realizan cada año desde las principales universidades del planeta. En la mayoría de los casos coincidentes son los resultados sobre el daño físico y mental que ocasiona la utilización descontrolada del mundo digital.
Con la llegada del Coronavirus y el aislamiento social, los dispositivos móviles y las computadoras se han vuelto indispensables en la vida diaria. El estudio y trabajo a distancia, la comunicación y el entretenimiento dependen casi en su totalidad de la conectividad a Internet.
La línea que divide lo positivo y lo negativo de las tecnologías es mucho más delgada que antes de la Covid 19. La pandemia ocasionó la utilización de las redes sociales como sustitutas de la realidad circundante. Actualmente el principal espacio de interacción social se ha movido hacia lo digital. Las cifras así lo demuestran.
Según los datos de la empresa británica de orientación a la audiencia Global Web Index, entre 2020 y 2021 el acceso a Internet creció en un 7, 3 %. Las Redes Sociales poseen en la actualidad 4 200 millones de usuarios lo que representa un incremento de un 13 % con respecto al año anterior a la expansión del Sars Cov 2.
Sin embargo más allá de los nuevos accesos a la Red de Redes, ascendió el tiempo de uso. Durante el periodo de azote del nuevo Coronavirus, plataformas como Instagram y Facebook crecieron en 1 millón y 2 millones de usuarios respectivamente, un fenómeno que incluye a Cuba.
Es imposible negar las oportunidades que ofrece hoy el Internet, un espacio que de algún modo permite socializar en un contexto epidemiológico cada vez más complejo. No obstante es imprescindible reflexionar sobre el tema y realizar otras actividades sin arriesgar la salud.
Leer un buen libro, hacer ejercicios físicos y de relajación, escuchar música, jugar con nuestros hijos, pero sobre todos ser creativos en la búsqueda de nuevas formas de entretenimiento y productividad. Es necesario evitar una dependencia, que en exceso, puede ser tan perjudicial como la más feroz de las pandemias.