Tres años han transcurrido desde la desaparición física de líder indiscutible de la Revolución Cubana; un hombre que desde su altura y su época, tuvo la genial percepción de que el futuro de nuestro país, debía ser, necesariamente, un futuro de hombre de ciencia.
Hacia ese camino dirigió sus pasos a partir del primero de enero de 1959 aquel genuino ser humano, reconocido por Gabriel García Márquez como el hombre más importante del siglo veinte.
Para concretar ese sueño dio pasos agigantados con la creación por todo el país de centros investigativos para las diversas ramas de la ciencia, muchos de ellos situados en San José de las Lajas.
El Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), el Instituto de Ciencia Animal (ICA), La Universidad Agraria “Fructuoso Rodríguez Pérez” y el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), encabezan una larga lista de centros científicos de gran impacto, que han transformado a la capital de Mayabeque en un polo científico de la provincia y el país.
Sus aciertos en esta rama trascienden las fronteras de una isla, pequeña en superficie, pero gigante por la magnitud de sus resultados, muchos de ellos aplicados con éxito en la agricultura, los animales y el hombre.
La Cuba soñada se hizo realidad, el futuro anhelado y construido por Fidel desde aquel histórico primero de enero es un hecho y miles de profesionales cubanos y foráneos intercambian conocimientos y experiencias en pos del beneficio de personas de todo el mundo.
Así rendimos homenaje hoy a nuestro eterno Comandante en Jefe, un hombre que desde su altura y su época, forjó un pueblo de hombres de ciencia.