Para los que tienen la dicha de contar todavía con ellos, este 18 de junio constituirá una jornada de júbilo al disfrutar de su presencia, cariño, consejos y lo más esencial, ese amor que día a día ofrecen sin pedir nada a cambio y a los ausentes se les recordará con pena al no poder abrazarlos pero con felicidad por ser parte imprescindible en nuestras vidas.
En el desarrollo de los infantes tanto padres como madres son esenciales en esa perspectiva de construir y proporcionar un hogar funcional, estén ellos juntos o no, pero sí con la convicción de garantizar momentos inolvidables y de armonía a sus descendientes.
En esta jornada las festividades pueden ser diversas, una almuerzo o cena en familia o en un restaurante para los que desean probar otra sazón, también está la tradicional entrega de regalos, pero la verdadera razón de esta celebración es demostrar cuánto se les quiere, cuánta falta hacen sus lecciones, y hasta sus regaños.
Aunque mundialmente existe un día de celebración para los papás, los hijos no deben perder un minuto de sus vidas para decirles cuanto les quieren, dar muestras de amor, cariño y agradecimiento mientras lo tengan consigo, acciones que confirmarán la veracidad de esta frase “No es la paternidad sólo un accidente genético de fecundación, es un acto de amor y responsabilidad”.