El Día de los Padres se celebra anualmente en Cuba cada tercer domingo de junio y es una forma de reciprocar el cariño y la dedicación de los hijos por sus progenitores, cuya expresión social va más allá de la reunión familiar y los acostumbrados regalos.
La primera celebración de la fecha en Cuba tuvo lugar el 19 de junio de 1938 por iniciativa de la escritora y artista Dulce María Borrero, quien abogó por la generalización en la Isla del homenaje a los padres, cuyo más remoto antecedente pertenece a la propuesta de la norteamericana Sonora Dood en Mil 909, cuando intentó sin éxito la promulgación en su país de una fecha dedicada a los padres.
Veterano de la Guerra Civil en Estados Unidos, William Dodd, enviudó al fallecer su esposa durante el parto de su sexto hijo. Desde entonces, este granjero asumió solo la educación y formación de toda su prole, de ahí el interés de su hija por rendirle tributo cada 19 de junio, fecha del cumpleaños de su padre, pero la propuesta de Sonora, tuvo pocos adeptos al inicio y quedó en el olvido.
Con el transcurso de los años fueron muchos quienes se interesaron por oficializar esta celebración sin contar con grandes auspicios, hasta 1966 que el Presidente Lyndon Johnson firmó una proclama presidencial, en la que declaraba oficialmente el tercer domingo de junio como Día del Padre.
Aunque la fecha de esta celebración no coincide en todas partes del mundo, cada nación ha establecido un día para rendir homenaje a tan importante figura que tiene como mejor legado a sus hijos.
Honrarlos no debe circunscribirse a un día del año, pues ellos dan amor a los suyos cada jornada. Su apoyo es incalculable y su compañía un tesoro, pues constituyen una combinación extraña de razón y sentimiento que sabe orientar y exigir, pero al mismo tiempo sabe amar.