La tradición campesina de narrar cuentos es una destreza que tienen los habitantes de los bateyes más intrincados del país, quienes mediante la imaginación, las fantasías y hechos reales relatan historias sean ciertas o inventadas.
Nelson Amey Aragón, presidente de la Cátedra Nacional de Cuentería Campesina y Tradicional, radicada en Los Ramones, en el municipio de Florencia en Ciego de Avila, explicó que esa forma de oralidad es un fenómeno cultural que emplea el campesino para socializarse y comunicarse entre sí.
Señaló que allí se desarrolla el proyecto comunitario Cuentarriba, experiencia que persigue el rescate y la subsistencia de las costumbres orales de los hombres y mujeres del campo.
En la casa de la cuentería se reúnen en sus tiempos libres las familias para describir historias ocurrentes, leyendas, mitos y tradiciones arraigadas en bateyes muy lejanos de las áreas urbanas.
Mediante el término oral se conoce el entorno, las costumbres, la idiosincrasia y la forma de vida y de trabajo de los pobladores de los lugares de difícil acceso, apuntó el investigador.
Para dejar ese legado a las nuevas generaciones se realizó el audiovisual Tesoro, el que busca siempre encuentra, el cual con más de una hora de duración, recrea el ambiente rural de los asentamientos avileños Los Ramones Viejos, San Felipe y San Joaquín.
El material, del realizador Jesús Ariel Díaz, destaca las potencialidades de esa expresión de la cultura popular y su riqueza allí, que comprende desde elementos mágico-religiosos, hasta personajes populares desde un enfoque comunitario.
Además de Cuba esas costumbres rurales se aprecian en muchos países de América Latina, principalmente en las comunidades autóctonas e indígenas, agregó Aragón.