Salvar vidas es una humanísima labor que asumen los profesionales de la salud pero, salvarla en medio de situaciones extremas, de desastres o pandemia, responde a otra connotación.
Para enfrentar situaciones adversas en 2005 surge el Contingente Henry Reeve el 19 de septiembre de ese año. El nombre, el más ilustrativo, el del joven estadounidense, natural de Brooklyn, Nueva York, que se unió como soldado a un destacamento de patriotas cubanos para incorporarse a la guerra de independencia contra el dominio colonial de España.
Desde la constitución del Contingente, los integrantes de esa vanguardia han cumplido honrosas misiones, en las que además de llevar esperanza a los aquejados, han contribuido a rescatarles de mayúsculas dolencias y de la muerte.
Así lo había vaticinado Fidel en su discurso el día en que se constituyó esa fuerza médica de la cual expresó: una organización que hasta hoy no tiene precedente en el mundo: el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias (Aplausos). Este ocupará el lugar de la Fuerza Médica constituida para apoyar al pueblo de Estados Unidos tan pronto el Katrina golpeó con toda su brutalidad el sur de ese país.
Su objetivo no será sólo apoyar a una nación determinada, sino cooperar de inmediato, con su personal especialmente entrenado, con cualquier país que sufra una catástrofe similar, especialmente los que enfrenten grandes azotes de huracanes, inundaciones u otros fenómenos naturales de esa gravedad. Llevará el mismo nombre que enarboló la Fuerza Médica nacida a raíz de la tragedia que acaba de sufrir el pueblo de Estados Unidos, ‘Henry Reeve’ (Aplausos).”
De San José de las Lajas han salido médicos y enfermeras a distintas partes del mundo que han solicitado ayuda. Hasta los sitios más insospechados ha llegado la mano amiga, el conocimiento y la solidaridad, presta al mayor desafío para salvar vidas.
Entre los lajeros que siguen la senda trazada por Henry Reeve, EL Inglesito, está el Doctor William Marrero, cuyo testimonio certifica el orgullo por integrar esa fuerza.
Cuba, fue de los primeros países del mundo en responder al llamado de la Organización Mundial de la Salud y la Organización de Naciones Unidas para enfrentar la epidemia de Ébola en África en octubre de 2014.
El 4 de agosto pero, de 1876 murió Henry Reeve. Tenía solo 26 años y el coraje impregnado al alma. Como él continúan la historia hombres y mujeres de la mayor de las Antillas dispuestos a enfrentar los mayores desafíos para salvar vidas.