Rodrigo Prats: El gran maestro

0
231

Todos los grandes de la música cubana de otro tiempo, corren el inmenso peligro de la desmemoria.  Rodrigo Prats no escapa de ese riesgo tan real como probable.  En el concierto de los años llegan generaciones otras, con otras inquietudes, y nuevas actitudes.  El Maestro, como otros de su genio, pudiera morirse otra vez.  Su nombre pudiera fijarse en el homenaje multidisciplinario, porque así lo posibilita la intervinculación de las artes, y la misma música (la más bella forma de lo bello, según el apostolado cubano).  No bastaría, por supuesto, en apuntar y denotar cada siete de febrero como el día de su natalicio.

Muchas obras se precisan, y no solamente circunscritas al universo sonoro.  Refundar, conquistar, vindicar, validar de una vez al teatro Martí, el escenario de aquellas zarzuelas paradigmáticas, sería al menos un monumento a la memoria de Rodrigo Prats y a otros grandes de la zarzuela y del teatro lírico en Cuba. ¿Puede ayudarnos todavía Rodrigo Prats en la pretendida alfabetización musical de los cubanos?  Por supuesto que sí, aunque el camino se torne vereda casi intransitable, y que la Utopía –digámoslo con pesar, pero francamente—se aleja cada día más de nosotros.

¿Cómo instrumentar proyectos docentes para que la música de Rodrigo Prats –y no solo de él—sedimenten la sensibilidad de un pueblo desde la más temprana edad? ¿Cómo debiera  verificarse la denominada dinámica contradictoria de los horizontes culturales, es decir, que el legado de Rodrigo Prats interactúe con las referencias existentes, reggaetón incluido, sin necesidad de suprimir ni de imponer nada ni a nadie?

Poco se habla de que el propio Rodrigo Prats fue un caso ejemplar de contraposiciones estéticas, desde su trabajo al frente de la Orquesta Filarmónica de La Habana.  En tanto su trabajo se desconozca, se pierden temas para la Musicología, para la Antropología, para la Sociología, que vibran en María Belén Chacón, en Soledad y en Amalia Batista.  No basta recordar efemérides de Rodrigo Prats.  Faltan acciones concretas y urgentes que eviten el olvido, la verdadera muerte de un artista.

Califiquenos

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Nombre