Raúl Gómez García

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Revolucionario cubano asesinado en el asalto al Cuartel Moncada. Considerado el poeta de la Generación del Centenario. En su honor se celebra cada 14 de diciembre el “Día del Trabajador de la Cultura”.

ngresa en el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), vinculándose a la tendencia más radical de la Juventud Ortodoxa. Si bien los gobiernos auténticos le parecían más que indignos, su justa cólera estalló al enterarse del golpe del 10 de marzo.de1952; lo estremeció de indignación y escribe el manifiesto “Revolución sin Juventud” donde denuncia a los usurpadores del poder.

Para entonces, después de haber aprobado dos cursos de Derecho, estudiaba el segundo año de Pedagogía. Tras desempeñarse eventualmente como pintor de viviendas, oficinista, mensajero había logrado una plaza de maestro en el reconocido Colegio Baldor que significaba un alivio en la delicada situación económica.

Raúl no consiguió que ningún periódico publicara el escrito, ni siquiera parcialmente, porque llamaba al combate frontal contra Batista y sus secuaces. Lo imprimió el mismo en un mimeógrafo que llevó a su casa, el periódico sale con el nombre de “Son los mismos”. En la edición de dicho periódico trabajaron Abel, Melba y Jesús Montané, entre otros, con una tirada entre 300 y 500 ejemplares. Posteriormente en su casa se imprimieron otras ediciones. Al vincularse Raúl y Fidel, éste último propone que se cambie el nombre del periódico por “El Acusador”, que tuvo 3 ediciones ya que por una delación fueron detenidos sus redactores. Conocido este hecho por el director de la escuela Baldor donde trabajaba Raúl, es expulsado. Continúa escribiendo cantos patrióticos, varios de ellos inspirados en Martí, versos de amor, artículos, reflexiones, mientras se adiestra para el combate.

Raúl, vinculado al M-26-7, visita con frecuencia el apartamento de O y 25. Los meses de junio y julio de 1953 fueron de intenso trabajo para él. El viernes 24 de julio de 1953 sale de la casa informándole a la madre que no regresaría a dormir.

Asalto al Cuartel Moncada

En la madrugada del 26, en la Granjita Siboney, poco antes de partir hacia el asalto al Cuartel Moncada -fortaleza militar en Santiago de Cuba escogida por Fidel Castro y sus compañeros para iniciar la lucha armada contra el gobierno golpista de Fulgencio Batista-, Fidel lee el vibrante Manifiesto que Raúl Gómez García ha redactado por instrucciones suyas. En él está recogido lo esencial del pensamiento de una juventud dispuesta a cambiar radicalmente nuestra historia. El ideario martiano sustenta estas páginas, y hay una llameante alusión al centenario de José Martí al finalizar el mismo se oyó la voz emocionada de Raúl recitando unas estrofas de su poema “Ya estamos en combate”. Raúl fue designado para la toma del hospital civil “Saturnino Lora”. Allí, ya herido y comprendiendo que el factor sorpresa había fallado, se dirigió a un empleado que se encontraba cerca y le pidió un papel y una pluma, escribiendo unas líneas muy breves para su madre: “Caí preso, tu hijo”.

Herido en combate, el moncadista había intentado auxiliar a un militar también herido, más en bárbara respuesta al sincero gesto humanista, fue apresado, torturado cruelmente y asesinado. Posteriormente su cadáver fue presentado como caído en combate. Las últimas catorce letras que escribió Raúl Gómez García no pertenecen a la reflexión filosófica o a la poesía. Estas cuatro palabras, que milagrosamente llegaron a manos de su madre Virginia García pocos días después, son una prueba dramática, irrecusable de los crímenes que la tiranía perpetró con los sobrevivientes del ataque al Moncada, y a lo largo de aquella década con lo mejor del pueblo cubano: “Caí preso, tu hijo”. Este escueto mensaje a la madre iba a quedar como testimonio elocuente del crimen del joven revolucionario de solo 25 años.

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