“Que nadie interrumpa el rito, queremos amar en paz” así dice esa canción de Silvio que alude al sentir de toda Cuba y su deseo infinito de vivir en paz, derecho que disfrutamos los nacidos en la mayor de las Antillas.
Paz, según el diccionario significa situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países, relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos y acuerdo alcanzado entre las naciones por el que se pone fin a una guerra.
Para los cubanos paz es despertar cada día con la certeza de andar con tranquilidad por las calles, es saber que no existe peligro en las escuelas, es desconocer los efectos de los bombardeos, es despertar con metas por las que se empinan esfuerzos, es tener buen humor y garras para enfrentar lo adverso.
Aun con las carencias que nos abruman, con los problemas que están a la espera de solución, aun en medio de esos pesares, saborear nuestras rutinas, esas que autentican la solidaridad entre vecinos, caminar sin miedo, estar conscientes de nuestros derechos y del respeto a los mismos, nos hacen afortunados. La fortuna es la paz que nos asiste.
Que queremos una Cuba mejor es verdad, es obvio. Una Cuba que logre la sostenibilidad en todos los ámbitos, una Cuba donde sus pobladores prosperen y puedan cumplir los sueños que aún son utopías, en eso y para todos hay que trabajar más y mejor, pero todos.
En la unidad, en la participación del pueblo, en la visualización de las prioridades, en buscar la satisfacción y propiciar el estímulo para seguir adelante, va la pauta para este tiempo.
En la medida que trabajemos unidos, que no se pierdan los estribos con ideas que truncan, en la medida también que nos despojemos del burocratismo, de ideas que entorpecen y flagelan la creación, se contribuirá a un mejor proceder.
La paz nuestra, esa que es sueño aun para millones de seres humanos en el planeta no queremos perderla; en ella van nuestras esperanzas, alegrías y nostalgias, en ella también la certeza de que corresponde a todos defenderla.
Claro que decimos desde las entrañas y nos apropiamos de la canción de Silvio: Que nadie interrumpa el rito/
queremos amar en paz/
para decir en un grito/
¡Cuba Va! ¡Cuba Va!
