Aunque en Cuba la celebración del Día Internacional de la Clase obrera data desde finales del siglo XIX, no fue hasta el triunfo de la Revolución Cubana que esa efeméride tuvo otra connotación.
Con apenas cuatro meses de insaturado el gobierno revolucionario, por vez primera los trabajadores salieron a las calles no por demandas ni reivindicaciones, sino para respaldar a esa fuerza en el poder.
En esa ocasión, Fidel no estaba en Cuba, asumía una gira internacional que lo había llevado a Estados Unidos, Canadá y Argentina; luego se extendería hasta Uruguay y Brasil.
Un artículo publicado en Cubadebate el pasado año refiere que el 28 de abril de 1959, mientras Fidel viajaba hacia Buenos Aires para participar en la Conferencia del Comité de los 21, las estaciones receptoras y trasmisoras de Boyeros lograron establecer contacto con el avión Libertad cuando este sobrevolaba el archipiélago cubano.
La emisora Radio Rebelde, trasmitió el acto periodístico sui generis que fue introducido por el locutor Eddy Martin… Fidel, aprovechó la oportunidad para trasmitir un mensaje al pueblo cubano en vísperas de la celebración del 1ro de mayo:
Desde aquí, con tres días de anticipación, quiero expresar nuestra simpatía y solidaridad con los trabajadores de Cuba, y esperamos que ese día se reúnan allí también no solo los trabajadores, sino que se reúna todo el pueblo, porque el Día de los Trabajadores debe ser el día de todo el pueblo, como el Día del Campesino debe ser el día de todo el pueblo, como el Día de los Estudiantes, de los profesionales, de cada uno de los sectores que integran nuestra patria, debe ser el día de todo el pueblo, puesto que esta obra grande que nuestra patria se ha propuesto realizar y que está realizando por encima de todos los obstáculos, es una obra de toda la nación, de todos los que verdaderamente sienten por ella y están dispuestos a poner sus intereses personales y sus intereses de sector, por debajo de los supremos intereses de la nación.
El triunfo de nuestra Revolución será el triunfo de todos, como el fracaso de nuestra Revolución será el fracaso de todos.
La historia abriga pasajes inolvidables que para siempre se inscribieron en la memoria del pueblo. La Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución, fue testigo de todo un suceso. Una marcha nunca vista en Cuba. Durante 14 horas desfilaron obreros, campesinos, estudiantes, las fuerzas armadas, profesionales, el pueblo mismo. Inició a las 10 de la mañana y se extendió hasta las primeras horas de la madrugada del día 2 de mayo.
El resumen de aquel acto multitudinario estuvo a cargo del Comandante Raúl Castro. En Camagüey tal responsabilidad recayó en el Comandante Camilo Cienfuegos y en Santiago de Cuba en el Comandante Ernesto Che Guevara.
Las tres intervenciones constituyeron un llamado a la unidad para avanzar en el proceso revolucionario y enfrentar todo intento enemigo de frenar el curso de la Revolución.
En Santiago de Cuba, el Che, al hacer uso de la palabra dijo: Esta es nuestra Revolución, es la Revolución de todos, y este Primero de Mayo será nada más que el inicio de todos los primeros de mayo que se sucederán, en los cuales las fuerzas armadas del Ejército y las fuerzas armadas del pueblo desfilarán codo a codo, como ha sido hoy por primera vez en la historia de la Patria cubana.
Desde entonces, la celebración del Día Internacional de la Clase Obrera en Cuba ha sido un día de alegría, de fraternidad y optimismo. Con Sol o lluvia, pero siempre ha sido una jornada de reafirmación, de extraordinario colorido, de unidad.
Esta vez, al igual que el pasado año, debido a la compleja situación epidemiológica que vive el país, la celebración será virtual, pero estará la esencia de la fecha, estarán las iniciativas de cada provincia, de cada colectivo obrero, que sabe cuán importantes son la disciplina y la responsabilidad en el enfrentamiento a la pandemia que nos hostiga.
Para cubanas y cubanos, que no entendemos de desánimo ni derrota, asumimos este Primero de Mayo con la certeza que ante la adversidad, derivada del recrudecimiento del Bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos, y la agresividad de la Covid-19, nos corresponde continuar la batalla, y esta vez celebrar desde la originalidad misma, desde el poder creativo que autentique la alegría.
Primero de mayo, una fecha que también implica compromiso, voluntad, coraje y dinamismo, imprescindibles para alcanzar la victoria. Y se me hace obligado, volver a las palabras del Che en la primera celebración del Día Internacional de la Clase Obrera en Santiago de Cuba, después del triunfo de la Revolución: Lo primero que salta desde mi profunda fe revolucionaria, la primera afirmación que tenemos que decir con todo convencimiento esta tarde es: ¡Qué fuertes somos! ¡Qué fuertes somos!, compañeros
Entonces, sigamos hacia adelante, porque #UnidosHacemosCuba