La lucha contra los distintos vectores que constituyen agentes trasmisores de enfermedades transita por un camino obligado hacia la sostenibilidad.
Resulta imprescindible crear conciencia en las comunidades para mejorar la higiene ambiental, un mecanismo mediante el cual se previenen enfermedades trasmisibles, pues la evacuación inadecuada de basuras aumenta el riesgo de enfermedades trasmitidas por insectos y roedores, por lo cual es preciso establecer un sistema eficaz para el almacenamiento la recolección y la eliminación de las basuras.
La recolección de los desechos sólidos debe hacerse en una forma ordenada y cumpliendo los horarios establecidos por las entidades encargadas de esas tareas. Los trabajadores de vehículos y otros medios encargados de la actividad deben ser cuidadosos de no regar desperdicios dentro de los asentamientos urbanos.
Sin embargo a pesar de todo los reglamentado, normado y establecido, hay lugares donde aún el desorden y la indisciplina hacen de las suyas. Muchas veces se realiza una limpieza en el hogar, lo que conocemos popularmente como Plan tareco y no se coordina la recogida de los desechos y se depositan en algún lugar de la periferia donde comienza a crecer una montaña de basura a la que denominamos Microvertedero y llega el momento que quienes allí depositan los inservible asumen esa actividad y ese micro basurero como algo normal.
Por esa razón en la batalla Sin Tregua contra el Aedes Aegypti resultan imprescindibles fomentar una cultura sanitaria hacia la sostenibilidad, pienso que al unísono es preciso también fortalecer las acciones de control y fiscalización por parte autoridades sanitarias, así como de los propios líderes comunitarios sin los cuales no se puede ganar esta lucha dirigida a garantizar el bienestar colectivo y la salud del pueblo.