El único varón entre tantas hembras. El primogénito de la unión filial de Mariano Martí y Leonor Pérez. Poeta de nacimiento y revolucionario siempre.
Desde su edad de oro sufrió el esclavismo y contra él lucho mientras pudo respirar.
No le bastó el corazón para tantas heridas y en su tobillo derecho quedó la marca del grillete por el Presidio. Su inmensidad de pensamiento lo distinguió como el periodista y orador, el filósofo y maestro.
Amó y fue amado. Solo eso supo claramente José Martí, que cada acción llevaba una cuota de sacrificio y pasión.
Vivió eternamente enamorado de su Patria. Se casó con ella y tatuó su nombre en la alianza de cobre que llevaría siempre en el dedo anular.
42 años le bastaron para dejarnos de herencia una obra insuperable, un legado que se corresponde con la grandeza de su continente personal.
Embajador de las causas buenas y nobles. Héroe Nacional de los cubanos.
El nacimiento de José Martí el 28 de enero de 1853 fue un acto de generosidad del tiempo, el mayor obsequio de todas las épocas.