El principal objetivo de esta decisión es que más personas accedan a los recursos materiales que escasean en la red de tiendas y mercados del territorio.
La nueva distribución permite a su vez un mayor control de las ventas, decisión que contribuye a eliminar las ilegalidades de coleros, revendedores y acaparadores.
La comercialización está dividida por las diferentes áreas del municipio. Los núcleos familiares tienen asignados sus puntos de venta según la bodega donde reciben la canasta básica.
Por el momento las medidas se aplican para productos como: pollo, aceite, perros calientes, picadillo. El aseo personal no estará incluido en la normativa pues el país no cuenta con la cantidad necesaria para satisfacer la demanda de la población.
Organizaciones políticas y de masas como los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) apoyan al Partido y al Gobierno en el funcionamiento de las nuevas medidas.
Con la aplicación de las normas de venta se espera que la distribución sea más equitativa y justa por lo que la iniciativa ha despertado una opinión positiva en la población del territorio.