Este 11 de enero se cumplen 45 años de la desaparición física de Celia Sánchez Manduley, quien fuera considerada como una de las combatientes más cercanas a Fidel. Su legado y paradigma se multiplican en la Revolución que contribuyó a forjar, desde la clandestinidad.
La heroína de la Sierra y el llano se convirtió en la primera mujer que se incorporó al Ejército Rebelde, y la más fiel colaboradora de Fidel en la Guerra de liberación en la Sierra Maestra. Sus compañeros de batalla la consideraron una madre en la lucha clandestina.
La flor eterna de Cuba, la amiga, la guerrillera, la joven inquieta será siempre para todos sus compañeros la fibra más esencial y querida de la Revolución Cubana por su excepcional conocimiento, ternura y talento.
Aquella mujer de apariencia frágil que se incorporó al Ejército Rebelde, también continúa presente entre los imprescindibles en cada batalla de la patria como alguien cuyo nombre se ha sembrado entre las féminas, porque significa alegría y energía.