Proporcionar protagonismo a los decisores políticos de cada territorio donde se implementa el Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), es uno de los propósitos fundamentales de la tercera fase iniciada a mediados del año 2013.
Los gobiernos locales y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en cada territorio constituyen dos eslabones fundamentales para extender y vitalizar el PIAL, proyecto que nació como fitomejoramiento participativo y que se ha consolidado en bien de la seguridad y soberanía alimentarias.
Las buenas prácticas implementadas por el PIAL en sus más de 10 años de trabajo, dirigidas al mejoramiento y diversidad de los cultivos, la protección del medio ambiente y los suelos, así como la participación de las mujeres y jóvenes en las labores del campo, resultan realmente valiosas.
Puntos en común con la ANAP, organización de masas que agrupa a más de 300 000 cooperativistas, campesinos y familiares con intereses económicos y sociales en correspondencia con el desarrollo armónico de la construcción del Socialismo.