La mujer es como dijo Martí, delicia y manantial de orgullo. Su perfume acaricia el universo y su exquisita sensibilidad abre todos los caminos.
Con ella van de la mano los más atrevidos retos en la sociedad actual, se reconoce la mujer de Mayabequeen la Ciencia y la Técnica, en la Educación y en la Salud, en los servicios a la población y en la colaboración internacionalista.
Ana Aclich, enfermera lajera con amplia experiencia en la atención a los pacientes fuera de fronteras, confiesa que esos años en que recorría otros países salvando vidas, constituyeron el acicate que la hacía crecer como ser humano. Hoy ya los años la retienen en casa; pero no cesa de generalizar experiencias e intercambiar con sus vecinos y amigos la intensa vida que tuvo, colaborando con la FMC, los CDR, en la Universidad del Adulto Mayor, en la edificación de la sociedad.
La mujer en la capital de Mayabeque respira a la par del desarrollo que evoluciona esta joven provincia.
Ella construye un futuro de lujo para sus hijos con nuevas expectativas en el crecimiento personal y profesional. Con sus propias manos trasforma realidades.
Otra de las féminas reconocidas en la comunidad es Elvira Palenque, federada del territorio consagrada a aliviar dolores con sus consejos y terapias; ella va de un lugar a otro, centros laborales, círculos de abuelos, escuelas, entrenando a las mujeres para detectar el cáncer de mama y en la prevención de enfermedades de trasmisión sexual, entre otros temas, como la formación de valores.
El embate de los tiempos no puede disminuir las capacidades del universo femenino que impulsa en Mayabeque la cultura, el deporte, la recreación, el uso de las nuevas tecnologías y la actividad doméstica en los hogares.
Sin abandonar el cuidado del cabello ni de sus manos, la mujer mayabequense suma a su quehacer diario el maravilloso don de la maternidad. Madres ejemplares como son las periodistas de Radio Camoa que renuncian al ocio, sus nombres, Maricel, Yaíma, Maydelín, Adaenis, Yudith, Lilian y muchas otras con el afán de multiplicar el amor.
No hay dudas, la mujer en Mayabeque es paciente, austera y brillante. Es la guerrera del siglo 21, esa que sabe con certeza que llegarán tiempos mejores.